sábado, 12 de septiembre de 2015

( Episodio 50 ) Muertos de novela.




Resultado de imagen de LevenshulmeResultado de imagen de Levenshulme

El agente especial Bolton presentía que este iba a ser su gran día. Las indagaciones realizadas durante la mañana dieron sus frutos y eso le hacía confiar en un buen final. Por una parte disponía ya de los retratos robot del narizotas y del vacilón. Por otra parte el comisario Stevenson tenía la respuesta que buscaba, y se daba la grata casualidad que Stevenson y él habían sido compañeros de promoción en la Academia de Policía de Birmingham.
- Pues sí, colega, aquí le tuve, en la misma silla en la que estás tú sentado. Desde el primer instante me di cuenta de que no podía ser Richard Wilson porque le sacaba como veinte años.
- ¿Qué te pareció el sujeto?
- ¿Aparte de narizón?, ¡jajajajaja!
- Pues sí, digamos que aparte de narizón, ¡jeje!
- Bueno, su segunda característica física destacada es la altura. Posiblemente mida 1´80.
- Caramba, nadie me ha dicho que es alto el agresor de Liverpool.
- ¿A quién has interrogado?
- A tres clientes que lo vieron todo y al camarero del Yellow Submarine, que también le vio, aunque no presenció la agresión.
- Piensa, Bolton, piensa, que tú eres un buen detective. Posiblemente nadie reparó en su altura. El camarero solo le vio sentado y los clientes centraron su atención en el hombre que fue derribado. El "gigantillo" incluso se encorvaría para huír y, logicamente, se largo echándo leches. Estas escenas suelen ser muy rápidas, sobre todo si hay espectadores.
- Si contase con ese dato estaría más confiado.
- ¡Nos ha jodido, aumenta el número de posibilidades de que sea el que buscas, aunque ya sería casualidad: un tío que se parece a un terrorista y que practica la violencia a 70 kilómetros de su casa contra un viejo inofensivo. ¡Mucha casualidad! Pero, bueno, aquí tengo la dirección de su domicilio y la de su trabajo en Albion Transports. ¡Suerte, Boltón!
- Pues sí, la necesito. ¡Gracias, amigo!
No perdió un minuto. Se encaminó al lugar del trabajo del sospechoso. Era lunes y teniendo en cuenta su condición de worker, trabajador, estaría en su trabajo. Tan solo doce minutos después aparcaba su Fiat 500 azul en Rochdale Street, justo en la puerta de Albión Transports.
- Pues aquí no está, hoy no ha venido a trabajar. - le dijo el primer empleado con el que topó.
- ¿Dónde puede encontrar al jefe o al encargado?
- En aquella puerta verde del fondo.
La noticia que le dio el jefe aumentó sus sospechas de que estaba tras la pista de alguien "especial"
- Hoy no ha venido, pero es que luego ha pasado otra cosa curiosa. Hará veinte minutos que se ha marchado su roommate, Claudio. Se ha puesto muy nervioso porque el otro no aparecía y de pronto le ha dado por gritar: "¡seguro que me está robando!", y ha salido pitando para casa. Oiga, yo no les entiendo a los spanish, pero me jode que me den el plantón. Hoy tenemos dos mudanzas a la misma hora y necesito a todos mis hombres al pie del cañón.
Bolton señaló con el dedo una fecha en un gran calendario de pared.
- Podría decirme si el señor Ascaso Durruti acudió este día al trabajo?

No tardó mucho en llegar a Stockport Road, la carretera que le conducía directamente a Levenshulme, el pueblo en donde vivía el hombre al que buscaba. Apenas prestó atención a un individuo rubio y delgado de mirada aviesa que paseaba por la acera como si fuese un jubilata. Era Evaristo Briceño aguardando a que se calmase lo que no estaba en calma, y es que hacía unos cinco minutos que había entrado en el portal echando humo y blasfemando un hombre gordito. Era mejor esperar para no verse mezclado en un follón de vecinos. Era Claudio al que había visto Evaristo. Llegó tan solo cinco minutos antes que Bolton a pesar de haber salido veinte minutos antes de Albion Transports, pero es que Claudio hizo la ruta en dos autobuses y Bolton en su coche.
Subió por la escalera a la primera planta y enseguida vio la letra B de la morada del sospechoso. Antes de llamar al timbre le vino a la mente una imagen fotográfica del individuo con el que se había cruzado en la acera. Sorpresillas que nos da el cerebro. Lo mismo podría haber sido una imagen de las FEMEN en topless. Llamó al timbre despidiéndose de la imagen mental sorpresiva.
La puerta se abrió con virulencia, como cuando en las películas alguien abre rapidamente para disparar a alguien.
- ¡¿Qué pasa, cojones?!, ¡no compro nada!
Le gritó un gordito que casi lanzaba fuego por los ojos. No entendió nada, pero supuso que hablaba en español o en italiano. El gordito se expresó a continuación en inglés:
- I do not want to buy. ( No quiero comprar )
- No soy vendedor. Busco a una persona. ¿Vive aquí David Andrés Ascaso Durruti?
- ¡Vivía!... ¡Aquí vivía ese hijo de puta!... Pero me ha robado todo el dinero que tenía y ha huído como una rata. Vaya usted a saber a dónde ha ido ese... ¡hijo de la gran puta!
Y se lo dijo clavándole la mirada de odio, como si el insulto fuese dirigido a él. Ante el cariz que estaba tomando la situación, decidió mostrarle la placa policial.
- Agente especial Bolton de Homicidios de Liverpool. ¿Podemos hablar un momento, caballero?
Claudio estuvo tentado de mandarle a la mierda, pero se reprimió. Por muy cabreado que estuviese, tenía delante a un policía. Y el policía consiguió que le invitase a entrar en casa e incluso que le invitase a un café. Claudio también se sirvió un café, "Café La Estrella", que se lo enviaba su anciana madre desde España porque consideraba que el café que vendían en las shops inglesas era una mierda. Bolton estuvo en un tris de aconsejarle que le vendría mejor una tila, pero el sufridor ya estaba más templado.
Tras informarse del carácter del ladrón y presunto homicida, corroboró en las palabras del puteado Claudio lo que le había dicho el fefe de Albion Transports: El día del homicidio de Thomas Altrincham, el presunto homicida había faltado todo el día al trabajo sin una justificación convincente, dijo que había ido al médico, pero no presentó ningún justificante del Medical Centre. 
Lo más anecdótico de este vis a vis con el incauto Claudio es que este le confesó que "escondía" el parné en un armario de la cocina. ¡De tontos!
No tardó en comunicarse con sus superiores para que tramitaran rapidamente en el juzgado una orden de busca y captura contra el fugitivo David Andrés Ascaso Durruti, y alertándoles de la posibilidad de que intentase huír al extranjero. ¡Vano empeño, ya había huído!
Salió de casa de Claudio con un ligero sabor amargo por dejar a aquel pobre gilipollas tan hundido.
"¡Joder, a quién se le ocurre guardar el dinero en casa y en la cocina!"
Entró en su coche, giró la llave de contacto e inició la maniobra de salida del aparcamiento. Y fue en ese preciso instante cuando le vino otra vez a la cabeza la imagen fotográfica del individuo rubio, ¡la imagen de un retrato robot!
"¡Joder, es el retrato robot que se ha hecho por ordenador siguiendo las indicaciones del camarero!... Es el tío que vaciló al camarero después de que el narizón agrediera al viejo. ¡Su puta madre!, ¡y lo he tenido al alcance de la mano!"
Esa misma mañana de lunes le habían enviado la imagen del retrato robot del posible cómplice del sospechoso, y esa misma mañana se había colocado ante sus narices para perderlo de vista al instante.
"¡La hostia puta, qué mala folla!
Pero aún quedaba una posibilidad de echarle el guante... ¡ya  mismo!

( ¡Emoción!, ¡más emoción!... ¡¿Atrapará el detective policial Bolton al delincuente común español Evaristo Briceño?! )

2 comentarios:

  1. La eterna fama de los españoles, gandules, inconstantes e informales, je je je...
    Cada vez se pone más interesante, Bolton ya los tiene casí al alcance y en breve van a llegar el Odio y el Despecho, digooo... Desiderio y Amor, ¡juas!

    Oiga, el otro día comí en casa de mi tía, la indepe, y coincidí con mi primo. Siempre lleva un libro para leer en el metro, como yo, y resulta que vi en la portada a Lisbeth Salander.
    Le pregunté si era el tercer tomo, dado que entoces yo aún no lo había empezado. "No, es el cuarto". Al ver mi extrañeza se apresuró a decirme que es de otro autor al haber fallecido Stieg Larsson. Añadió que es nuevo, acaba de salir.
    Le pedí que me lo prestara cuando lo acabase porque si es nuevo, tendré que esperar un año a que lo tenga la biblioteca pública.
    Por cierto, al ver el título del tercer tomo recordé que he visto la peli hace un tiempo.

    Buenas noches.

    ResponderEliminar
  2. Sí, es verdad, lo he leído hace poco, alguien coge el testigo e imita el estilo del difunto. También lo hacen los autores vivos, "vivos" en dos sentidos, que utilizan negros literarios para "producir en cadena" como si se tratase de coches o botellas de refresco. Y el famoso "Avellaneda" que no esperó a que muriese Cervantes para escribir "la segunda parte" del Quijote. Ah, ahora me acuerdo: dicen que uno de los que utilizan "negros" es Stphen King. Ni quito ni pongo, pero me da que la última novela que he leído de él, la que trata de un viaje en el tiempo para impedir el asesinato de Kennedy, es genuinamente suya, me parece demasiado original en todos los capítulos y secuencias como para que se la haya hecho otro. ¡Buenas noches!

    ResponderEliminar