El ciclista misterioso.

El ciclista detuvo su marcha, se bajó de la bici y alzó está con sus fornidos brazos. Dio un paso adelante cargando con la bici y volvió a montarse en ella. Siguió rodando unos veinte metros, paró y repitió la operación.
El campesino dejó de cavar y observó la extraña conducta del ciclista. Le había visto hacer lo mismo el día anterior y estaba intrigado. ¿Por qué lo hacía?, ¿se trataba de algún ritual?
"¡La verdad es que hay gente muy rara!
Un día se lo comentó a Don Anastasio el maestro. Este se quedó muy pensativo y luego preguntó.
- ¿A qué hora pasa?
- Pues suele pasar a eso de las cinco y media.
- Esperemos...
- Esperaron, y cuando llegó el ciclista le observaron ambos con suma atención. Después, a requerimiento del profe, se acercaron al camino.
Don Anastasio miró al suelo.
- Observa, Lucas, ¿qué ves en el camino?
- Pues... nada, tierra muy pisada y piedras. Ah, y una hilera de hormigas.
- Pues ahí tienes la respuesta, nuestro "misterioso" ciclista se limita a respetar la vida de las hormigas.
- ¡Jo, qué gente!, los hay que...
- Los hay que torturan toros, por ejemplo. De todo hay en la viña del Señor, ¿no te parece?