domingo, 6 de septiembre de 2015

( Episodio 45 ) Muertos de novela.


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A David Andrés se le abría una nueva posibilidad de viajar a España con dinerito en el bolsillo. El cerril Claudio, malinterpretando una costumbre de su admirado padre, había vuelto a malesconder el dinero en casa, en un botecito de cerámica con la etiqueta "honey", miel. Y el ex camareta y neodelincuente lo había descubierto por pura chiripa, no imaginaba que era tan soplagüitos como para seguir guardando el dinero en casa. Ahora hacía planes de futuro otra vez, de futuro inmediato, entusiasmado ante la idea de que tenía el camino expédito - vía libre en los controles del aeropuerto tras la detención de los terroristas - para poder viajar a España y entenderse con la gente en su propia lengua.
"¡Esta vez sí, hostias!"

El agente especial John Bolton confiaba en su intuición de viejo sabueso - ¡Ay, su olfato de siempre! - Algo le indicaba que en The Yellow Submarine podrían aportarle un nuevo dato que le pusiese tras la pista del homicida. Desde el momento en que sus superiores le confiaron el caso "Thomas Altrincham" se juró a sí mismo que lo iba a resolver.
"Un imbécil que le pega un puñetazo a un viejo y este cae de espaldas y se desnuca delante de la gente, no es un hampón profesional con cobertura suficiente para esconderse como si fuese el narco mexicano Chapo Guzmán o los etarras que todavía están ocultos" No imaginaba el perseverante agente la sorpresa que se iba a encontrar: nada menos que un nuevo sospechoso en la escena del crimen.

Las FEMEN tuvieron un éxito apoteósico en Manchester. Las entrevistaron para los medios locales, la BBC y también para algunas televisiones de otros países. La tele japonesa no podía faltar, por supuesto, ¡jeje! Y la noticia fue servida por agencias a todos los medios del planeta. El pensamiento y las tetas de las FEMEN revivieron en el interés de las masas. Bárbara y Graciela estaban más que felices. La misma noche de la odisea del autobús, tras prestar declaración, se homenajearon con una cena de lujo y follaron como locas hasta el amanecer. Dada la situación especial vivida, la compañía aérea tuvo la gentileza de facilitarles un vuelo a España por la mañana. El obispo homófobo Reig Pla no las esperaba pero le tocaba joderse, y esta vez con más repercusión mediática que nunca, dado el subidón de popularidad del grupo de reinas de topless reivindicativo.

Bolton se citó con la dueña de The Yellow Submarine a una hora tranquilita de la mañana, cuando aún no había comenzado el trajín de clientes propio de primavera verano.
- Tiene usted suerte - dijo la rubiales, una cincuentona de tetas más espectáculares que las de las FEMEN, pero humilladas por la fuerza de la gravedad - uno de los camareros ha recordado algún detalle que no recordó la vez anterior en que usted le interrogó. Será mejor que hable directamente con él para que se lo cuente. Yo le digo lo mismo que ya le dije: estuve en la cocina y no me enteré de nada.
Un minuto después se encontraban frente a frente Peter y el detective. Peter Williams era un chico de Blackpool, un pueblo turístico del mismo Mar de Irlanda que Liverpool, de cara inteligente y modales de camarero fino. El agente le pidió que se sentase junto a él, cara a cara.
- Qué recuerdas exactamente que no recordaste la otra vez.
- Ya le dije la vez anterior que yo no vi el puñetazo porque en ese momento estaba pidiendo la cerveza en la barra, osea, en el interior del local, la cerveza que me pidió el hombre del puñetazo.
- El que se sentó junto al agredido, vamos, el agresor según han declarado otros testigos. Pero esto ya lo sé. Me ha dicho tu jefa que has recordado algo más.
- Bueno, es que no sé si tendrá que ver, pero fue algo que al principio no le di importancia, incluse lo olvidé. Le juro que cuando me interrogó la vez anterior lo había olvidado.
- Venga, dímelo ya.
- Cuando acudí con la jarra de cerveza ya había ocurrido la agresión y todo el mundo estaba asustado. Bueno, los clientes de la terraza y algunos paseantes. Yo me quedé plantado sin saber que hacer, con la bandeja en  la mano y en ella la cerveza.  - "¡Joder, es más descriptivo que un novelista!", pensó Bolton - Y entonces se me quedó mirando un tipo que no dejaba de sonreír, uno al que había servido antes, y me dijo: "Bébetela tú", por la cerveza, y al momento de decirlo se largó. Ya le digo, lo olvidé, pero ha debido volverme a la cabeza porque en aquel momento no me chocó esa reacción, no me hubiese chocado nada especial que hubiese ocurrido, pues ya era demasiado surrealista la imagen del viejo en el suelo, ¡y las pintas que tenía con aquella ropa!, y eso que en Liverpool estamos acostumbrados a ver de todo.
"Un cadáver de comedia", se dijo Boltón.
- ¿Y estás seguro de que no se trataba del narizotas?, lo digo porque con los nervios...
- ¡No, no, en absoluto!, imposible relacionar al narizotas con aquel sujeto de nariz normal, pero es que, además, el narizotas también iba hecho un adefesio con la gorra del United y unas gafas negras de lentes muy grandes. El narizotas yo creo que salió pitando en cuanto dejó KO al viejo.
- ¡Pues ya ves como la memoria nos da sorpresas, jaja!... A proposíto, ¿no recordarás si llevaba algo en las manos?...
- El chico puso cara de pensar mucho.
- Pues no, eso no lo recuerdo.
Le citó en la comisaría para que les ayudase a hacer el retrato robot del hombre "que le invitó a beberse la cerveza del narizotas"
Durante el resto del día, la cabeza de Bolton fue una olla hirviendo:
"¿El narizotas y el otro compinchados?... ¿Se trata solo de un sádico al que le hace gracia encontrarse a un viejo desnucado y despatarrado en la terraza de un pub?... Lo más probable es que no haya relación entre ambos, quizás el viejo le dijo algo ofensivo al narizotas y este reaccionó de la manera que reaccionó. Quizás tenga que ver algo la novela porque no encaja que el abuelo se la regalase a su nieto y luego se la pidiese antes de que el chico terminase de leerla. ¿Y el narizotas puede estar relacionado con ese hecho?..."
Antes de dormirse repasó la actualidad del día, en ella destacaban dos activistas de hermosos pechos que habían puesto fuera de combate a dos terroristas islámicos, ¡lo nunca visto! Desfilaron por su mente las imágenes de las chicas gritando sus proclamas ante las cámaras, las declaraciones a los medios de los principales protagonistas policiales de la "Operación July", el teniente Walker y el sargento Taylor. ( Algún medio especuló con la posibilidad de que viajase algún policía infiltrado en el "autobús de la muerte", pero la policía no se manifestó al respecto, pues MacGregor decidió mantenerse en el anonimato ) Vio también la imagen del cadáver del conductor del autobús, Robin, "pajarito", un pajarito que había volado al otro barrio y posiblemente no al Paraíso de Alá. Y vio durante unos segundos a los dos terroristas mientras eran capturados por Taylor y sus hombres. Y surgió la asociación de ideas entre el terrorista narigudo y el hombre narigudo que había cargado al viejo estrafalario.
"Pero hay algo más, diantre, algo que no recuerdo ahora, algo relativo al terrorista narigudo. ¡Joder, ¿ya estoy perdiendo las facultades mentales?!"

( No se preocupen, expectantes lectores, es tan solo un lapsus, nuestro amigo Bolton pronto relacionará a su narizota agresor con el narizota terrorista. ¡En el próximo episodio! ) 

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