sábado, 29 de agosto de 2015

( Episodio 40 ) Muertos de novela.


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En el autobús de la muerte se respira el miedo que acompaña a la proximidad de La Parca. Uno de los terroristas ha asesinado al conductor, Robin, cuando este pretendía escapar. El policía MacGregor, que viajaba como infiltrado siguiendo las órdenes de su superior, ha recibido un balazo en el hombro. Los ancianos que viajan a España para repatriar el cadáver de su nieta, han sido recolocados en sus asientos a empujones cuando pretendían abandonar el autobús y aún no se sabía de la presencia de los terroristas. Un niño y la mujer judía han sido golpeados. La mujer con la culata de una pistola.
Los ingleses conversos al Islam, Richad Wilson y Donald Smith, ahora Ali Hassani y Hamed Morabi, se mostraron torpes y carnavaleros en su trayecto al aeropuerto, provocando las iras de un grupo de judios ortodoxos en el autobús de línea que les trasladaba a Manchester City, pero tuvieron la buenísima suerte de no ser localizados por el agente Taylor y sus hombres que les pisaban los talones.
Ahora las tornas han cambiado, ambos terroristas se encuentran en su elemento, humillando y golpeando a los viajeros del autobús al aeropuerto y manteniendo en vilo a la policía.
El autobús ha sido retenido en donde la carretera atraviesa un despoblado, pero la estrategia del teniente Walker, al mando de la operación, no ha dado los frutos deseados. El camión grúa de Jackson comienza a mover el camión falsamente accidentado. El cadáver del conductor Robin permanece en el lugar en el que cayó, no es aconsejable acercarse a por él hasta que arranque el autobús.
- Tú, judio de mierda, ¿sabes conducir un autobús?, ¡y no me mientas! - le gritó Alí al judio Aaron.
- Mi marido no tiene carné y sufre del corazón, ¡por favor, no le obligue a hacerlo! - exclamó llorosa Sara, pero más templada que en los momentos anteriores. Ya se había dado cuenta que ponerse histérica solo le traía más problemas.
- ¡Me cago en vuestras putas madres ratas judias!... ¡Voy a hacer que os cagueis de miedo y luego obligaros a comer la mierda por todos los palestinos a los que habeis matado!
A continuación se dirigió al anciano Charlie. También habló su mujer:
- Sufre de cataratas y está a la espera de una operación. ¿No ve usted sus ojos?
Susan se mostró fuerte ante el canalla, sin apartarle la mirada. Esté escupió con rabia al suelo.
- ¡Judios y cristianos, sois todos la misma basura!
El malvado centró ahora su atención en  las dos cuarentonas hermosas con aspecto de caribeñas que permanecían impasibles en sus asientos.

La tarde declinaba y David Andrés regreso a casa un poco antes de la hora acostumbrada porque ya no había más mudanzas que hacer. Se encerró en su habitación, como siempre para eludir el contacto con Claudio, el cual tampoco tardaría mucho en llegar. Esperaba el momento fatídico el que Claudio le dijese, como si fuese una esposa: "tenemos que hablar".
Enchufó la pequeña tele que le había regalado un compañero de los no xenófobos. El noticiero de Granada TV , la tele de Manchester informaba en ese momento ( "En riguroso directo, desde el lugar de este terrible acontecimiento" ) de la movida del autobús y los terroristas. En el mismo instante en que la unidad móvil de TV salía al aire, David Andrés sintonizaba ese canal. De momento solo se ofrecía una vista desde lejos del autobús y la maniobra de poner en pie, o sobre ruedas, y sacar de allí al camión volcado en la calzada. El locutor hablaba de un muerto y del gran despliegue policial que se había montado, aunque él solo viese el helicóptero. Todo ello mezclado con imágenes del susodicho helicóptero, de los vecinos de las casas blancas que habían salido a curiosear y de archivo de los dos terroristas, las que ya habían salido en los papeles y en las teles varias veces.
A David Andrés le jodió tener que contemplar otra vez el careto de su "doble", el criminal fanático culpable de que él siguiese en Manchester.

- Por favor, Mike, enfócame - le pidió el locutor al cámara, y luego se dirigió al realizador - Jhon, tengo una gran exclusiva, está conmigo un chico que se ha enfrentado a los terroristas. 

( ¡Increible, ¿quién se ha enfrentado a los terroristas?... ¿Quién se va a enfrentar a los terroristas?... La solución en el próximo y emocionante episodio. )


6 comentarios:

  1. Uf¡¡¡ que tensión, y digo yo, lograran escaparse y volar?? y mi David, dejara de pensar tanto y sincerarse con Claudio, la sincerida es muy importante.Buenas tardes¡

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  2. Bueno, ya me imagino quien va a conducir el autobús, je je je...
    Pero si el testigo que tiene el locutor es el friki catalán, usted sabrá qué va a decir, porque no tengo idea.

    Ya termino 'Los hombres que no amaban a las mujeres'.
    Lisbeth Salander tiene el síndrome de Asperger. Conozco a una madre cuya hija lo padece.
    En cuanto a Harriet, desde el primer momento supe que las flores enmarcadas las enviaba alguien que quería a Henri, no un enemigo. Que estuviera viva no me ha supuesto ninguna sorpresa.
    Me queda sólo el asunto del mafioso ese con Mikel.

    ¡Hasta mañana!

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  3. El friki catalán quedará como lo que es, como un friki, ¡jeje!
    ¡Joder, que rápido ha terminado el primer libtro, me deja alucinado!, ¡pues es un tochito!
    Aunque se imaginase el desenlace de algunas subtramas, no me negará que la historia merece la pena. Tan solo el estilo narrativo es envidiable. Ya me gustaría tener la décima parte del talento de este señor, y que pena que haya muerto tan pronto!
    ¡Feliz lunes!, para mi festivo, je,je! Iré a comer a casa de mi hija para celebrar el cumple.

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    Respuestas
    1. Tengo memoria fotográfica, como Lisbeth, de un vistazo ya he leído media página.
      Ya he empezado el segundo tomo. Este no lo comentaré, puesto que usted no lo ha leído, sólo diré que... ¡vaya manera de empezar!

      Que haya disfrutado con la celebración del cumple.

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    2. Pues sí, es una putada, no lo tienen en la biblioteca por más que he buscado, pero con el tercero me lo pasé muy bien también, realmente empecé la trilogía por el tercero. Sí, debe haber mucha tensión con un incendio provocado, pues en el tercero se habla de pasada sobre ello.
      ¡Gracias por lo del cumple!, estuve en casa de mi hija y me regaló un reproductor de CDs, que se me había estropeado el mio, y chocolate para diabéticos.
      ¡Feliz miércoles!

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