martes, 4 de agosto de 2015

( Episodio 19 ) Muertos de novela.


Resultado de imagen de sombrilla de Coca Cola

Resultado de imagen de puñetazo


Mister Thomas Altrincham se levantó de su silla y le tendió la mano al sujeto de su robo y enseguida de su broma. Cualquier observador con un mínimo de agudeza hubiese tomado a aquellos dos individuos por una pareja de payasos callejeros.
David Andrés aceptó la mano del viejo chocho con desgana, no le apetecía ningún formulismo y mucho menos ponerse a charlar con el mamarracho.
"¿Charlar cómo, por señas?"
Quería su libro y pirarse rápido. Le jodió tener en su mano la mano fría y huesuda del viejo. Sintió una sensación muy desagradable y un deseo urgente de ir a lavarse las manos. Sin embargo, y sin entenderlo el mismo, se vio aceptando la invitación de Mister Thomas para tomar algo.
- Una cerveza.
Y señaló a las cervezas que había en otra mesa para que le entendiese. Tomó asiento.
- Ha traído el libro, supongo.
En el "supongo" dejó traslucir su mirada un destello de cólera que, naturalmente, Mister Thomas no captó por cosa de las lentes oscuras de las gafas de David Andrés.
Por supuesto, el libro estaba junto sus pies, en una bolsa de plástico de Tesco que no alcanzaba a ver el recién llegado. Y entonces dio comienzo el momento showman del viejales. Soltó un rollete en español que se había aprendido con tesón y esfuerzo el día anterior y el cual, a pesar de lo desastrosamente que quedó en la voz del comicastro, David Andrés lo entendió perfectamente.
- Lo siento mucho, pero el libro se ha perdido. Mi nieto fue ayer a Londres y se lo dejó olvidado en el asiento del metro.
Después de una pausa mínima soltó la carcajada.
- ¡¡¡Ja,ja,ja,ja,ja...!!!
Esas risas no estaban en su guión, pero le surgieron al pensar en la mirada de decepción que seguro había brotado en los ojos del spanish. Su siguiente frase en español iba a ser: "Es una broma, perdón, aquí está el libro" Pero no le dio tiempo a volver a abrir la boca porque David Andrés ya se había levantado de su silla, ya había rodeado la mesa, ya le había levantado en vilo agarrándole de la camisa y rompiéndosela y ya le había dado un puñetazo en la boca que terminó con su enjuto cuerpo en el suelo, dándose en la cabeza contra el soporte de piedra de la enorme sombrilla de Coca Cola. Pero esto último no lo vio el agresor, más atento a la reacción de las personas que había por allí.
Giró sobre sí mismo y enfiló hacía la estación del tren. Debía hacerse invisible antes de que los guardias tomasen parte en el asunto.
"!Solo me faltaba eso, tener que dar explicaciones a la poli!"
Aún así, cuando ya había puesto una buena distancia por medio, miró hacía atrás y vio a un numeroso grupo de personas apiñadas en torno a la sombrilla. El viejo permanecía en el suelo.
"¡Lo he matado!"
No lo tenía muy claro, pero el puñetazo había sido de púgil. Aún le dolían los nudillos.






Oficina de Scotland Yard en Manchester.



Para el teniente Walker las cosas no estaban nada claras. Agentes especiales de Londres habían detectado el movimiento de dos conversos en la Estación Victoria Londinense, pero perdieron su pista, sin duda porque los terroristas sabían que podían estar siendo seguidos e hicieron lo posible por esfumarse antes de tomar el tren o el autobús que los llevaría a su destino. La idea inicial de Scotland Yard era que el atentado pensaban cometerlo en Birmingham o en Manchester, ambas ciudades con el suficiente número de habitantes y reconocimiento internacional como para que la repercusión de la barbarie en los medios de comunicación fuese de una gran magnitud. Ambas cities fueron prácticamente barridas por los "sabuesos" sin llegar a ningún resultado, pero un "barrido de urgencia" tratándose de terroristas no garantiza al cien por cien la seguridad. El jefe superior de la policía de Birmingham puso la mano en el fuego afirmando que en su ciudad no se hallaba el comando terrorista. Fue cuando el capitán Preston decidió publicar las fotos de los sospechosos en la prensa de Manchester, así como en las televisiones. Y entonces surgió el chispazo, un grupo de personas identificó a uno de los indeseables. Pero el teniente Walker no las tenía todas consigo y eso le provocaba un creciente mosqueo. ( Además del cabreo interno por no poder encontrarse ya con Fuensanta, su bomba erótica murciana )
Reunió a los oficiales con mando para marcar las líneas maestras del operativo.
- Están llegando refuerzos de Londres, incluidas dos unidades caninas, para vigilar los enclaves susceptibles de ser objetivos de los terroristas, especialmente el aeropuerto y las estaciones de trenes y autobuses, además de las grandes superficies comerciales. Tenemos que mantener los ojos muy abiertos, desconfiar de bultos sospechosos, mirar en contenedores, papeleras, aseos, alcantarillas... Intentar que no se aglomere la gente, lo cual ya sé que es difícil en las colas de las taquillas de los trenes, los andenes y los servicios de facturación del aeropuerto. Pero no hay más remedio que exigir a los empleados de esos servicios que colaboren con nosotros. En fin, son cosas que ya sabeis, pero que me veo obligado a repetirlas ahora. Y se nos pueden ocurrir nuevas ideas para mejorar el operativo. Quiero que cada policía piense por sí mismo, que no se limite a cumplir órdenes.
El agente especial Davidson levantó una mano para formular la pregunta del millón.

( Continuará... aproximadamente mañana )

2 comentarios:

  1. David es muy impulsivo, vamos ni lo piensa.

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  2. Pues sí, en esta ocasión se ha dejado llevar por su "impulso ciego".

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