miércoles, 15 de julio de 2015

( Episodio 3 ) Muertos de novela








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( Cuatro Caminos, Madrid )


Probablemente sus apellidos de anarquista habían influído para que el ritmo de vida pacífico y rutinario de David Andrés se torciese de pronto. Varios factores tuvieron que ver en esta torcedura. En el trabajo se sentía muy a disgusto y no podía optar fácilmente a otros empleos dada su "avanzada edad", 55 abriles, y la odiosa crisis que ya había mandado al paro a una cifra escalofriante de españolitos. David Andrés trabajaba de camarero en una cafetería de la madrileña glorieta de Cuatro Caminos. Su jefe estaba deseando echarle para poner en su lugar a un jovencito, a ser posible emigrante, peor pagado, por supuesto.
David Andrés llegaba tarde a menudo por las mañanas, defendiéndose con la mentira de que el metro se había averiado o que el autobús se las vio en un atasco de larga duración. Pero la verdad era que le daban las tantas por la noche enfrascado en la lectura de su gènero novelístico favorito, las historias de detectives viciosos y misóginos enfrentados a asesinos tan inteligentes como crueles. Y por las mañanas se le pegaban las sàbanas con Pegamento Imedio. Y, cuando no, su insomnio se debía a una bronca con su pareja, Amor. ( Sus padres habían tenido la muy espiritual idea de registrar y bautizar a la niña con el nombre de Amor de Dios, como esa calle que nace o desemboca en la plazuela de Antón Martín.) David Andrés y Amor tenían broncas casi a diario por los celos enfermizos de ella y la abulía de él, que ya estaba empezando a cansarse de ella.
Otro factor desencadenante del mogollón existencial de David Andrés: le debía dinero a un amigo que se lo prestó para comprarse un scooter. El scooter se lo quemaron unos pirómanos a la segunda semana de comprarlo y no lo había asegurado. El amigo prestamista exigía ahora su dinero y cada vez con más cabreo e insistencia.
No le quedaba otro remedio que dar un golpe de timón a su aciaga vida. Huir, esa era la salida. Huir y empezar de cero en otro lugar, aunque tuviese 55 años y muy pocas ganas de luchar.


( Mañana más! )

2 comentarios:

  1. ¡Otia, huyendo por deudor y del desAmor!
    Todo un elemento, ese David Andrés, a saber en qué nuevos líos se mete, porque con semejante bagaje, todo es previsible.

    Abajo tiene comentarios, en los dos primeros episodios y en 'Risa cantarina'.

    ¡Buen final del día!

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  2. Se va a meter en muchos fregados, ya lo verá, je, je! Voy rápidamente para abajo!

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