martes, 7 de julio de 2015

Alpinismo clerical



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1.945 en un pueblecito burgalés.



A sus 77 años le suponía un esfuerzo enorme subir la escalera de caracol del antiguo púlpito del siglo XVII. Pero el padre Tobías era muy terco, no aceptaba los consejos de los fieles indicándole que diese el sermón desde abajo. Era muy terco y muy orgulloso. Eran los fieles los que debían estar abajo y él arriba. Los fieles y los descreídos porque le constaba que muchos hombres acudían a los oficios religiosos arrastrados por sus piadosas mujeres o atemorizados por la empatía del Glorioso Movimiento Nacional y la Santa Madre Iglesia Católica. En un pequeño pueblo castellano, como era aquel, se sabía muy bien quién iba a misa y quién no.
El viejo párroco, Don Tobias Coscojuela Majorete, "escaló" los 27 peldaños del púlpito como un esforzado alpinista que trepa a lo alto del Naranjo de Bulnes, y durante un largo rato resopló mientras sentía el golpeteo de su acelerado y pachucho corazón. Finalmente se recuperó y lanzó uno de sus acostumbrados sermones en los que ponía a caer de un burro a todos los pecadores contra el sexto mandamiento y a los que acudían a la iglesia sin el debido fervor.
"Las llamas del infierno están esperando a los pecadores, no lo olvideis, y Dios os puede llamar en cualquier momento. Y qué ocurre si la muerte os sorprende en pecado mortal?... Eh?... Qué ocurre si morís en pecado?!... Oh!, Oh!, Oh!"
( Carmelín, el tonto del pueblo, imitaba muy bien los "Oh!, Oh!, Oh!" de Don Tobias, y los "descreídos" se partían de risa en la taberna )
Terminó el sermón, que como siempre se les hizo eterno a los congregados, e inició fatigosamente el descenso del púlpito, y ya se sabe que en el alpinismo el descenso es tan arriesgado como el ascenso.
Don Tobias tuvo la mala fortuna de pisarse la larga sotana, perdiendo el equilibrio y dándose un fuerte golpe en la cabeza. Murió al instante. Descanse en paz. ( Seguro que sí descansa pacíficamente porque no pecaba contra el sexto mandamiento )



( Esta historietilla está inspirada en lo que averigüé mientras escuchaba la conversación de dos mujeres siendo niño: El cura del pueblo de una de ellas se había matado de la misma manera que el cura imaginario del relato )

4 comentarios:

  1. ¿Conque matando antepasados ajenos, eh?

    Ya tiene el Concurso en marcha. Que disfrute como un enano, je je je...

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  2. Buenas tardes, el orgullo lo mato.

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  3. No fue el orgullo, Doña Enri, fue que se piso la sotana, joder!... je,je,je!

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  4. Matándolos de mentirijillas, Doña Leona, ja,ja,ja,ja!... Oh, gracias, mi deseo es el de siempre, ya lo sabe, que se superen los niveles de participación y que yo quede el ultimo clasificado!

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