domingo, 26 de julio de 2015

( Episodio 13 ) Muertos de novela.





Resultado de imagen de yihadistasResultado de imagen de judios ultraortodoxos





Recordó haber visto la llavecita un montón de veces, pero como quien ve llover, como se ven las cosas que no nos importan un comino. Cada vez que buscaba un mechero en el cajón de la mesilla de noche de su amigo para fumarse un cigarrito, vicio que ya solo practicaba un par de veces por las noches, veía la minúscula llavecita en un rincón del cajón, acompañada de un cortaúñas, una navajita, brocas pequeñas, lápices, sacapuntas, pilas para el transistor, tarjetas de visita, chinchetas, caramelos y otras pequeñeces.
La cogió y volvió con ella al armario grande. Abrió el cajón de los calzoncillos sucios, tomó el cofrecito y probó suerte con la llavecita.
"¡Bingo!... ¡Hostias, cuánta guita!"
Lo contó por encima, muy nervioso, pues Claudio estaba al llegar, y se llevó la más grande y agradable sorpresa de su corto espacio de vida en Manchester.
"¡Joder, aquí hay por lo menos dos mil libras, un pastón!... Le dejaré un regalo cuando me vaya, je, je!"
Ese pastón estaba en billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 libras. Todo tipo de billetes con el careto de The Queen.
"Debo apresurarme porque si piensa hacer un gasto extra este cofre se vacía o disminuye mucho la cantidad de ahora, y entonces... ¡te jodes, David Andrés! Mierda, ya hablo en tercera persona, como la tarada aquella que salía en Gran Hermano"
Ahora se imponía la inmediatez, debía hacerlo todo inmediatamente o en el menor tiempo posible, que venía a ser lo mismo. Recuperar el libro, billete del avión y desvalijar la "caja de caudales" de Claudio. Billete de avión con destino a... ¡la tierra prometida! Ya pensaría a dónde, había muchos lugares en España por donde no pisaba el capullo de Desiderio. A lo mejor se iba a Tenerife... o a Almería. El Ejido podría ser un buen lugar para pasar desapercibido gracias a sus facciones morunas.


En una vieja casona de Cheetham Hill.

Cheetham Hill está a 1´4 millas, 2´3 kilómetros al Nordeste de Manchester, cerquita del centro de la capital. Es una populosa zona de casas bajas antiguas en donde abundan las tiendas de pakistanís, chinos y judíos. En el triangulo formado por Cheetham Hill, Higher Broughton y Prestwich, vive una colonia de miles de judíos ultraortodoxos, todos con sus trajes y sombreros negros o las kippás ( especie de casquete, también de color negro ) las largas barbas negras y los rizos, peiot, en las sienes. Hasta los niños pequeños llevan kipás y rizos. Y las mujeres la falda muy larga y peluca, sheitel, de color castaño para cubrir su cabeza pelada al cero. Esto último es muy curioso, es como si le hubiesen hecho una trampa a la Tora, pues la Tora dice que las mujeres casadas no deben mostrar su cabello. De esta forma no muestran su cabello, pero saben que la sheitel las hace más sexys, como las musulmanas que visten velos fashion y vestidos sugerentes.
Este ambiente era el ideal para que dos hombres pasasen desapercibidos antes de cometer su acción criminal, un atentado con el cual el Estado Islámico se haría notar una vez más. Habían alquilado un pequeño flat, apartamento, en la primera planta de una vieja casona, muy cerca del centro comercial Tesco, en la zona fronteriza entre Cheetham Hill y el barrio judío. De allí saldrían con el tiempo justo para llegar a su objetivo y hacerlo saltar por los aires. Ambos eran dos terroristas islamistas perfectos, pues ninguno de ellos tenía rasgos árabes. Mejor aún, tanto Richard como Donald eran dos perfectos ingleses, nacidos en York y en Nottingham respectivamente. ( Dos localidades históricas, cada una a su manera: York dio nombre a Nueva York y el sheriff de Nottingham era el gran enemigo de Robin Hood y amiguete de Juan Sin Tierra. Realidad en el primer caso y ficción en el segundo, pero Nottingham existe y miles de turistas acuden al bosque de Serwood )
Richard y Donald, nacidos y criados en La Gran Bretaña, se habían convertido al islamismo dos años antes. Y tan pronto abrazaron esta fe, eligieron su versión más radical, como todos los conversos con dos dedos de frente. Dos conversos, dos criaturas aberrantes perfectas para inmolarse en nombre de Alá o poner la bomba en cualquier sitio como los etarras u otros canallas que desprecian la vida, sobre todo la de los demás.
Quizá el más "perfecto islamista" fuese Richard, por su nariz picuda, su pelo muy negro y su rostro anguloso que le daba aspecto de moro de caricatura de Chalie Hebdo.
Esta tarde le tocó a Richard hacer la compra. Mejor dicho: a Alí, pues ahora Richard era Alí y Donald respondía por Hamed. La conversión también acarrea estos cambios de identidad. Bajó al Fish and Chips de al lado de casa, un típico establecimiento inglés en el que se sirve comida para llevar o para consumir en el local. Al salir del mismo se sorprendió al ver que alguien le saludaba desde la otra acera. Esa persona agitaba el brazo y sonreía mucho. ¿Quién podría ser? Jamás ni él ni Hamed habían estado en Manchester. Un par de autobuses de dos pisos, seguidos por varios camioncillos de reparto, le ocultaron al sorprendente saludador. Después ya no le volvió a ver. Cuando llegó a casa le comentó a su colega lo que le había sucedido y ambos decidieron hacer una compra grande de comida al día siguiente para no volver a salir de casa hasta llegado el momento de actuar.
- ¿Y no será que te ha confundido con alguien? Dicen que todos tenemos un doble en algún lugar del mundo.
- Pues a lo mejor, pero no sé quién se puede parecer a mi.

( ¡Atentísimos a las próximas entregas! )

10 comentarios:

  1. Je je je... lo de la llavecita en un cajón, entre chirimbolos varios también suele ser habitual.
    Fíjese, en casa tengo un mueble para la tele que en su parte inferior es una vitrina y tiene cerradura, aunque es una llave, no una llavecita, claro. Ahí estaba la Play Station de mi hijo cuando tenía edad de ir al cole. Su padre cerraba la vitrina con llave para que no la usara sin permiso cuando estabámos trabajando porque tenía que hacer los deberes y... guardaba la llave en el cajón de su mesita de noche, ¡juas juas! Naturalmente, el chaval, que se quedaba con su hermana, siete años mayor, la encontró en un pis pas. Ella no decía nada, no quería líos.

    Interesante, el "capital" que Claudio guarda en casa. Supongo que no confía en los bancos y hace bien, pero...

    Excelente descripción de Cheetham Hill, y mejor aún la de los conversos de mierda. Cada vez hay más. Gente desquiciada. Yo no entiendo lo que pasa por su cabeza, es evidente que no son personas normales, les falta un hervor.

    Je je je... creo que sé a quién se parece Ali, ¡juas! ¡Nos vamos a divertir mucho!

    Feliz domingo. Abajo le he dejado algo.

    ResponderEliminar
  2. Espero que David no se le ocurra coger el dinero de Claudio.
    Y referente a los atentados prefiero no hablar.

    ResponderEliminar
  3. Así es, los padres siguen creyendo durante mucho tiempo que sus retoños son criaturitas inocentes.
    Ya le digo, no me gusta ser "novelísticamente correcto", también los ladrones o asesinos pueden cometer estupideces. La perfección en coartadas o simulaciones la dejo para los maestros del género, a los cuales respeto y admiro, pero como no tengo el talento suficiente para ser con ellos, disimulo mi mediocridad con rafaguillas de humor y el "realismo del esperpento" De esta forma justifico mis chapuzas. Voy para abajo!

    ResponderEliminar
  4. No se lo tome a pecho, Doña Enri, que es una novela. Aunque tendría que estar contento por haber conseguido que se meta usted tanto en la historia. Gracias!

    ResponderEliminar
  5. Los primero que usted habla son mormones??
    Es que escribes que se pone todos los cabellos depuntica¡
    buenas noches a ambos.

    ResponderEliminar
  6. No, hablo de judios ultraortodoxos y de islamistas radicales.

    ResponderEliminar
  7. A vale, son muy parecidos, las religiones a mi personalmente no me gustan nada, por supuesto que no todo es malo, pero tampoco bueno.

    ResponderEliminar
  8. Ya he publicado el relato de Jesús, muy bueno.
    La primera parte es lo que soñó y lo publicó en ese grupo pratense donde se rieron de él a más y mejor.
    Son muy maleducados.
    La segunda parte, debajo de la foto, se la ha inventado porque le dije que era muy cortito y sin desenlace.
    Le ha quedado muy bien.

    Buenos días tengan ambos.

    ResponderEliminar