jueves, 30 de julio de 2015

( Episodio 16 ) Muertos de novela.

 




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( Gorra del Manchester United e imagen de Lancaster )


Nada más llegar a Piccadilly buscó una tienda de regalos y compró unas gafas de sol y una gorra roja con el escudo del Manchester United, uno de los dos equipos de fútbol que se reparten la admiración de los aficionados futboleros manchesterianos y, por supuesto, de los inevitables hooligans. El otro es el Manchester City. En Manchester son muchísimos los niños y adultos que pasean por calle luciendo camisetas del United o del City, y un tercer grupo de forofos viste la del Barça.
No percibió en la shop assistant, dependienta de la tienda, ninguna mirada especial.
"Tengo suerte, esta no ha visto el periódico"
Salió de la tienda un poco más confiado, pero no relajado.
"¿Habra visto el periódico Claudio?; ¿Lo habrá visto el capullo de Roy y el resto de los currelas?; ¿En qué estarán pensando si lo han visto?
Desde luego, ironías de la vida, Claudio sería el único que no sospechase de él, al menos en cuanto a su condición de terrorista.
Lo que seguía dando el cantazo era su gran napia de "un hombre a una nariz pegado" Eso sí que no podía disimularlo, a no ser que se hiciese una cirugía plástica de urgencia. Y tampoco era cuestión de ir tapándose la cara con un periódico, entonces si que daría el super cantazo.
Entró en la estación en la que el flujo de viajeros era muy grande a pesar de la temprana hora. Nadie parecía fijarse en él.
"Hay muchos hombres con nariz larga"
Díjose autoinfundiéndose confianza, aunque no las tenía todas consigo. Lo que le reconfortaba era que las personas de la estación se comportaban como autómatas, nadie se fijaba en nadie. Hizo cola durante breves minutos ante las ventanillas de venta de tickets. Por un segundo pensó que era domingo e iba dar su habitual paseo por las calles de Liverpool y sus atractivos muelles. Compró un "return ticket", ida y vuelta, y encaminó su pasos hacia el platform 14, andén 14. Se detuvo un momento para comprar el Daily Star. Por solo 40 pens: tías tetudas en portada y páginas interiores. El tren no tardó en aparecer. Tampoco él tardó el localizar la toilet y acomodarse en el asiento más cercano a ella. Ya venía sintiendo ganas de orinar desde que se apeó del autobús.
"Pues bueno, un atentado terrorista más, contado que lo consigan. Esos hijos de puta no descansan, y los hijos de puta de ETA siguen custodiando sus zulos mientras los colegas salen elegidos alcaldes y concejales"
Como a todos los inmorales, a David Andrés solo le repugnaba la inmoralidad de los demás.
"Pero no tiene porque ser precisamente en Manchester, ¿o sí?, como no entiendo una mierda lo que pone en el periódico... Bueno, lo mejor es que no sea en ningún sitio. ¡Que lo paren, coño!"
Eso pensó mientras el tren abandonaba la estación de Piccadilly para atravesar primero las zonas periféricas de Manchester y luego la verdes praderas de Lancashire, en busca de los horizontes marinos de Liverpool.
( Lancashire se llamó antiguamente "Condado de Lancaster" Su capital es Lancaster y su ciudad más grande Preston. Limita con Cumbria, North Yorkshire, Gran Manchester y Merseyside )
Recordó la mezcla de miedo, odio, angustia e impotencia que sintió aquel día en el que esperaba en la estación de Atocha de Madrid a un amigo procedente de Alcalá de Henares que nunca llegó vivo, y no llegó vivo porque el tren estalló a pocos metros de donde él se encontraba. Sí, David Andrés era un inmoral que no dudaba en robar a sus amigos, pero jamás llegaría su inmoralidad al nivel de la de los asesinos sectarios que desprecian a toda la
humanidad.
El atentado iba a ser en Manchester, al menos eso pretendían los dos nuevos fanáticos del Islam que, en estos momentos, rezaban mirando a la Meca en un pequeño flat de Cheetham Hill. Y lo querían hacer en el aeropuerto.


( Continuará. ¡Están avisados! )

2 comentarios:

  1. [Como a todos los inmorales, a David Andrés solo le repugnaba la inmoralidad de los demás.]

    Buena frase. Suele ser así.
    Su personaje es uno de muchos que yo misma he conocido de jovencita, allá en mis andazas en 'El Dragón Rojo' y la Horchateria Elena. Quinquis la mayoría, coincidiendo con ellos a diario y... plantándoles cara. Me respetaban. Me hice respetar.
    Su personaje me recuerda a uno de ellos. 'El Chato' tendría ahora esta edad. No era mal tipo en el fondo, en realidad, ninguno de ellos. Pero pasa lo que pasa, que llevan mala vida y muchos acaban mal, muy mal.
    En una ocasión hubo una redada en 'El Dragón Rojo', salí a tomar el aire, algo que hacía habitualmente, y vi al padre de El Chato hablando con los porteros.
    Yo no conocía a ese señor, no lo había visto nunca, pero es que eran calcados, exactos, la característica nariz de patata... "El Chato". Aunque el hijo era más alto que el padre.
    Los rebasé hacia la puerta, pero... aquel hombre se veía muy preocupado y no era normal que hubiese ido a la discoteca. Volví atrás y le dije "Antonio no está aquí. Hoy ha ido a Barcelona". Su suspiro de alivio fue evidente. Me dió las gracias.

    Años después, cuando yo ya era madre, vi al Chato en el carrusel de la plaza con una chica y un niño montado en la atracción infantil. "Buena suerte", pensé.

    Tengo un vídeo de la masacre de Atocha en el que se ve claramente a Asier Eceiza Ayerra corriendo escaleras arriba con sendos detonadores en cada mano mientras los convoyes estallán detrás.
    Fue un horror.
    ¿Qué ha sido de ese asesino? Francia lo condenó a ocho años en el 2013. Aquí no buscan a nadie, dejan pasar el tiempo sin molestarse.

    Abajo he dejado algo, creo que hasta el episodio 14.

    ¡Hasta mañana!

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  2. Efectivamente, este tipo de personajes es muy común, no estoy creando un personaje fuera de serie. El aborrece el tipo de delitos que la sociedad le ha enseñado a aborrecer, pero no los que cree que no son tan dañinos, como supongo que piensa el ratero que me robó a mi. Esa gente suele condenar otras violencias con mucha furia y a su manera, como es el caso de los linchamientos en la cárcel de maltratadores y violadores. Y la sociedad en muchos casos les admira, como ha ocurrido siempre en España con los "bandoleros heróicos" y ahora con los ladrones de guante blanco emparentados con el PP. Interesante la semblance que hace de "El Chato" y de su experiencia en ese submundo.

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