martes, 14 de julio de 2015

( Episodio 2 ) Muertos de novela





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( Dos imágenes de Warrington )




David  Andrés Ascaso Durruti viajaba en el tren Manchester- Liverpool leyendo una novela negra de Camilo Coscojuela: "18 asesinatos en el tren de Mataró" La novela estaba emocionantísima, ya que con esa palabrísima le gustaba definirla a él. Y sólo le quedaban cuarenta y pico páginas cuando el tren se detuvo en la estación de Warrington, la más importante localidad en el trayecto, unos 205.000 habitantes, gran centro industrial dedicado al acero, el textil, la química, etc., y que , incluso, con los romanos, ya contaba con industria. Aquellos romanos que avanzaron hacia Escocia conquistándolo todo. Hitler solo consiguió mandar bombas V2, el equivalente a los drones de Obama, pero Obama solo ataca a los malos.
Una referencia que hacía el autor de la novela al momento histórico en el que el tren Barcelona-Mataro se puso en funcionamiento, siendo esta línea férrea la primera en España, le hizo levantar los ojos del texto para saborear el hecho curioso de que él estaba viajando por el primer tramo de ferrocarril del mundo: Manchester-Liverpool. Curiosísima coincidencia!
Le distrajo la voz del revisor.
- Tickets, please!
Le mostro su billete "single"
- Thanks, sir!
Agradable temperatura pero amenazaba lluvia.
Su consuelo de tonto en estos días calurosos era que en España el "caloret", que diría una política no versada en la lengua de la ciudad de la que era alcadesa, pasaba varios grados de los cuarenta.
David Andrés tenía 55 años, era moreno, nariz como el pico de un pajarraco, muy delgado y desgarbado, "caído" hacia delante de cintura para arriba como si se tratase la Torre de Pisa con narizota.
Había emigrado de Madrid a Manchester y trabajaba en una empresa de mudanzas. Era un lobo solitario de sociabilidad relativa, según la conveniencia del momento. Su pasado, un tanto negativo, le había vuelto muy negativo. Feo, desgarbado y negativo, así se podría resumir a este individuo.


( Esto sigue, ¡no se lo pierdan! )


2 comentarios:

  1. Menudo retrato, el del tal David Andrés, je je je...

    Interesante dato, mencionar el primer tramo de ferrocarril del mundo y el primero de España. Mucha gente lo desconoce porque ya sabemos que eso de leer les cansa mucho... ¡Juas!
    Y no digamos a los políticos, pobres bestias de carga, siempre acarreando millones, sin tiempo para conocer su propia lengua siquiera. Qué cosa tan triste, snif... snif...

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  2. Resaltar esta coincidencia se me ocurrió sobre la marcha, no había caído en ello. Ya había pensado el título de la novela que iba leyendo el personaje y no había reparado que en esta había un "tren histórico" y el viajaba en otro igualmente histórico. Muchas cosas que sorprenden satisfactoriamente a los lectores no están pensadas de antemano, son "las musas", son como las "morcillas" en el teatro.

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