lunes, 22 de junio de 2015

EL Mensaje ( Episodio XXV )
















Los fanáticos provocaron desordenes esa tarde en Allendelvino de los Infantes. Hubo dos grupos enfrentados, primero a gritos y luego a pedradas, por una parte la gente de izquierda radical, enemigos del cura, del obispo y de todo lo que oliese a derecha y a religión; en este grupo destacaban como más alborotadores Pedro Luis el maestro, Amadeo el de Izquierda Unida y Leocadio el tendero. En el otro bando estaban  los hijos de los terratenientes del pueblo y sus fieles servidores, los campesinos sumisos, fidelísimos votantes del PP a falta de otro partido politico más derechoso. Estos echaban humo por la cabeza desde que el socialista Genaro Barcenilla saliese elegido alcalde.
Los de izquierdas se sentían "el hazmerreir de toda España por la payasada que ha montado el cura con lo de la Virgen" Y eso era verdad, pues los programas basura de la tele no dejaban de cachondearse del cura de Allendelvino y su Virgen antiabortista y anticomunista, y algunos no perdían comba insinuando su posible autoría en el asesinato de Miguel Carbajo "Miguelín" Y también circulaban letrillas de muy insano humor por Facebook y Twitter: "El cura de Allendelvino le come a la Virgen el chumino" entre otras.
El alcalde Genaro y el teniente Vallejo acordaron pedir refuerzos a Albacete, y la Comandancia de la Guardia Civil les mandó una furgona con picoletos antifollones. Ante la presencia de los guardias con cascos, escudos y botes de humo, los beligerantes se acobardaron un montón, replegándose en pocos minutos, pero aún quedaron francoapedreadores incontrolados por todo el pueblo.
Varias televisiones intentaron llegar hasta el lugar de la movida, pero tuvieron que conformarse con grabar panorámicas del pueblo desde lejos porque el teniente Vallejo se negó a que hubiese "más perturbados" en el pueblo y cerró los accesos a los medios de comunicación.
La inspectora llegó hasta la casa de Doña Aurora y del extinto Miguelín escoltada por dos guardias antidisturbios.
Doña Aurora sirvió café y unos "miguelitos" ( dulces típicos de la cercana localidad de La Roda, elaborados a base de hojaldre, rellenos de crema pastelera y espolvoreados con azúcar glasé )
- El café aún está muy caliente, tenga cuidado.
- Gracias. Antes me olvidé darle el pésame. Lo siento mucho. Era un buen chico, verdad?
- Era muy bueno, no tenía ningún tipo de maldad. Ya lo ve, un niño muy dulce en un cuerpo de adulto.
En ese momento, la inspectora reparó en uno de los cuadros que colgaban de una de las paredes del salón. Se trataba de una imagen familiar.
Doña Aurora vio el interés de la inspectora por el cuadro.
- En esa foto estamos mi difunto marido y yo con nuestros dos hijos. Miguelín es el más bajito. Hace ya diez años.
La inspectora se levantó de su silla y fue hacia el cuadro con intención de observarlo más de cerca. Para el camino se llevó un "miguelito", pues no podia reprimirse de lo golosa que era. Aunque habían pasado diez años, la cara del otro chico le recordaba a alguien, a un conocido de ella de hacía muy poquito.
"Claro, es él, y ahora entiendo porque fue él el destinatario del mensaje"



( Doña Enriqueta Jiménez Herrera, detective de primera, ha dado un paso adelante en su investigación, y mis inteligentísimos lectores ya se habrán hecho una idea de quién es el otro chico de la foto. Tachán, tachán!... )

3 comentarios:

  1. Buenas tardes del lunes, ay¡¡ la que se esta liando¡ que lista es¡¡ cada día me gusta mas la inspectora.

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  2. Jijijij¡¡¡ que bonica que soy, me gusta mucho.

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