viernes, 20 de junio de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 12 )







Rubén


Madero disponía ahora de cuatro nombres de jóvenes trabajadores de la hostelería que habían pasado por el Bar Praia, junto a algunas referencias acerca de dónde se les podía localizar.
A "Rubén" lo encontró esa misma tarde tras preguntar en varios bares de Lavapiés. ( Muy cerquita de Antón Martín si se baja por Ave María ) La última referencia se la dio una chica muy joven que cargaba con cuatro niños y dos perros.
- Le he visto entrar hace un rato en el Mercadona.
- Muchas gracias.
- De nada. Toñín, no pegues a tu hermano, que te doy una hostia!
Le localizó en la planta baja del Mercadona. Rubén estaba engullendo una tableta de chocolate, aprovechando la ausencia del segurata y fuera de tiro de la cámara más próxima. En esas fechas estaban mejor dotados de cámaras los bazares chinos que los hipermercados nacionales o multinacionales. ( Las cámaras del metro Atocha tampoco pillaban in-fraganti a los argelinos )
Rubén se asustó en un principio, pensando que aquel hombre era un segurata de paisano. Pero Madero no pensaba identificarse, así que el ex camareta podía tomarse todo el chocolate que le pidiese el cuerpo.
- Tú me serviste más de una vez. - Mintió el guardia. - Yo solía entrar en el Praia.
- Pues no le recuerdo.
- Claro, ya han pasado unos años. Es que estoy buscando a José Luis, sabes?, que es sobrino mio y tiene que cobrar una herencia. Creo que vosotros le llamabais "El Lobo"
- Ah, sí, ya me acuerdo. Pues le jodía mucho que le llamásemos Lobo. Ya, ya lo recuerdo bien, sí. Era un tío muy callado, no se enrollaba con nadie.
- No sabes en dónde para?
- Que va, ni ahora ni antes. Conmigo apenas tuvo trato el poco tiempo que estuvo en el Praia.
- Y no sabes a dónde se fue después del Praia?
- Pues no.
Rubén ya estaba un poco mosqueado porque quería terminar el chocolate antes de que bajase alguna de las reponedoras, y le jodía hablar mientras masticaba. Era su primera comida del día.
- Mira, tengo aquí apuntados otros tres nombres, me los ha facilitado Tino: Oscar, Arturo y Bibiano. Quién de ellos crees tú que me podría hablar de José Luis?
Arturo seguro que no, murió en una pelea hace ya la hostia de tiempo. Oscar se casó con una francesa y se fue con ella a Francia. Bibiano...
- Si?
- Oiga, seguro que usted no es policía?
- No, no lo soy, segurísimo!
En realidad no mentía, él era guardia civil.
- Mire, Bibiano y yo nos buscamos la vida, sabe usted?, que lo de la hostelería está muy chungo, y cuando sale algo resulta que es para trabajar catorce horas y cobrando una mierda. Pero no tiramos de navaja como los cabrones de los moros. Mire, a lo mejor Bibiano le puede hablar del Lobo porque entre ellos sí se contaban cosas. Yo creo que Bibiano fue el único tío con el que habló algo El Lobo. Pero tengo que hablar yo con él primero.
- No me puedes llevar ahora a donde esté Bibiano?
- No!... No me joda, oiga, yo no quiero lios con nadie. Yo hablo con Bibiano y él me dirá si quiere verle.
- Vale.
Admitió su derrota. Insistir hubiese sido peor.
- En dónde para usted?
Le dijo que podía localizarle en el Hotel Mediodía, paseando por la Cuesta de Moyano o en el tramo del Paseo del Prado que comunica Atocha con la gran pinacoteca, tres espacios en torno a la glorieta. No se atrevió a facilitarle su número de móvil porque aún no sabía con qué tipo de ganado estaba lidiando.
- Mañana yo le busco si Bibiano dice que sí. Pero, dígame, va a soltar usted la guita por la información?
Madero aún no tenía experiencia en el trato con confidentes, pero supo improvisar.
- Si me da la información que busco, seré generoso.


( Continuará )



3 comentarios:

  1. Vaya, un hilito del que tirar, aunque todavía no lo tiene en la mano. A ver si el lunes lo consigue.
    Ya, ya, ya conocemos la "generosidad" de Madero si le hacen perder la paciencia... ¡Juas!

    ¡Buen finde!

    (Le he dejado comentarios desde el 8 para arriba)

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  2. Hola!... A ver si me da tiempo de mirar lo que me ha enviado al correo y comentárselo, sino mañana. Ya le he explicado en el privado que estoy en casa de mi hija y con el tiempo muy limitado para esto.

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    1. Sí que me lo ha comentado, sí, y le he respondido.
      Va usted muy bien, no se preocupe. Roma no se hizo en un día, je je je...

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