jueves, 19 de junio de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 11 )







Tino y El Lobo


Trató de recomponer el gesto, modulando la voz hasta lograr un tono más cordial.
- Mire usted, me consta que trabajó aquí. Fue sólo durante tres semanas y quizá por eso no le recuerda. Pero le agradecería que hiciese memoria. José Luis va a cobrar una herencia y es preciso que le localice. Yo soy tío suyo.
- Pues sigo sin recordar al tal José Luis, y eso que tengo buena memoria para los nombres. No vea la de camareros que pasan por un bar al cabo del tiempo!... De dónde dice que es?
Madero lamentó no haber traído una fotografía de José Luis. Se preguntó si el negrito le estaría tomando el pelo.
- De Cantabria, de un pueblo que se llama Lobodoiro.
- Ah, coño, el Lobo, el Lobo!... Ja, ja, ja, ja!... Ahora caigo, hombre, es que aquí le llamábamos el Lobo.
Los dos barmen sonrieron al ver al jefe tan eufórico, aunque no sabían de qué iba la película porque habían estado atendiendo a varios clientes.
- Cierto, cierto, sólo estuvo tres semanas, pero luego me lo encontré por la calle algunas veces. Pues sí, seguro que tengo por aquí el contrato de trabajo.
- Dígame, eh... Bueno, mi nombre es Máximino, usted...
- Diamantino, pero me llaman Tino.
- Si no es una indiscreción, podría decirme porqué dejó este trabajo José Luis?
Tino decidió ser cauto. A estas alturas de la historieta ya sabía que estaba bregando con un "madero" ( lo que no podia imaginarse es que era un "picoleto" que se apellidaba "Madero" ) Mientras hablaba le sirvió el cafelito.
- Pues la verdad es que me sorprendió mucho su "espantada" porque él estaba contento aquí. Dijo que le habían hecho una oferta para trabajar en una cafeteria de la Plaza de Castilla y que le pagaban el doble que yo, pero no me lo creí. Además, algunos clientes le encontraron por la calle vagueando. Eso sí, me dijeron que vestía bien y que no tenía pintas de drogadicto ni nada de eso. Y usted no le ha visto desde entonces?
- Pues no. Sabe usted en dónde podría localizar algunos de sus barmen que trabajaron con él. Quizá ellos sepan algo.
- Uf, vaya usted a saber en dónde paran!
A pesar de eso le dio algunos nombres y vagas referencias de posibles lugares en dónde localizarles, y de paso aprovechó para lamentarse de lo poco que duran los camareros en un bar, unos porque son culos inquietos y otros porque meten mano en la caja y hay que echarlos.
Al salir del bar recibió una llamada de Encarnita para decirle que le echaba mucho de menos y que se abrigase, "que luego vienen los resfriados"
- Ten cuidado, Maxi, que no se te note mucho que eres guardia civil. Ya sabes que en Madrid hay muchos terroristas escondidos"
- Sí, cariño, me cuido.

( Continuará )

7 comentarios:

  1. ¡Alerta! le he cambiado la contraseña, no podrá acceder aquí hasta que tome nota de la nueva, la cual le he dejado donde se puede imaginar.

    En caso de problemas, dígamelo en mi blog, recuerde que sólo yo podré verlo.

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  2. Gracias!!... El problema, no obstante, seguirá, si otro invasor lo intenta, pues sigue faltándome la pestaña de cerrar. De todas formas, este es un gran paso. Muchísimas gracias!...

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    1. No. Vaya a su cuenta de recuperación la secundaria, allí le he dejado instrucciones.

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  3. Sigue el misterio de José Luis en Madrid. No podía ser menos, que una novela no se resuelve con unos pocos episodios.
    A saber por qué dejó el empleo si el caboverdiano asegura que estaba contento. Y volvemos a lo mismo, no se dedicaba a nada pero no le faltaba el dinero. ¿Se habría hecho gigolo? Un conocido lo era. La novia lo sabía porque ya se dedicaba a eso cuando se conocieron y él se lo confesó. La chica se consideraba muy progre y decía que no le importaba, pero claro, no es verdad y por amor acabó de albañil. Pero el final es otra historia, je je je…

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  4. La verdad, y se lo digo muy sinceramente, todavía no lo sé ni yo, aunque tengo ideas vagas de por donde quiero que transcurra la cosa. En todos los episodios que verá archivados aún no hay una dirección fija hacia un sospechodsos, pero "la espera" es entretenida. Esto es como el Camino de Santiago, no se trata de llegar, sino de disfrutar en la ruta. Oiga, mañana va a ser el despiporre con la zurbahistorieta!

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    1. Que no, que yo no he mirado ningún episodio guardado, se lo aseguro. Usted ha confiado en mí dándome las claves para que arreglase lo que pasa y nunca, nunca, traiciono la confianza.
      He entrado, me he dedicado a estudiar los controles, haciendo una pequeña modificación, y me he ido por donde había llegado.

      ¡Pues a despiporrearse el sábado! A ver con qué nos sorprende, je je je...

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    2. Hola!... Voy a terminarlo ahora, corregirlo, tirarme un rato hasta que salga la foto y finalmente publicarlo, je, je!, todo un arduo proceso.
      Feliz sabadete!

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