sábado, 14 de enero de 2017

(57) El caso de la domadora asesinada.

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Enri, como así la llamaban los que la conocían fuera de su trabajo, se despertó tras haber tenido un sueño muy agradable en el que se veía con su novio en un lugar de Inglaterra, ambos cogidos de la mano, mirando al mar... La despertó la alarma de su teléfono móvil, era el capitán LLorente.
— Enriqueta, ¿me puede decir qué está pasando en ese maldito circo?
— Pues, eh... "Joder, este capullo me pilla medio dormida"
— ¿Está usted ahí, Jiménez Herrera?
Cuando le daba por ponerse borde de verdad la llamaba por sus apellidos.
— Sí, mi capitán, aquí estoy, he dormido más de la cuenta porque ayer tuve una jornada agotadora. Ahora me estaba despertando.
— Pues despiértese del todo, que soy su superior, ¿o lo ha olvidado?
"Marchando una de movida cuartelera, ¡esto es la puta mili!"
— No, mi capitán, no lo he olvidado. A la orden de usted, mi capitán.
— La he preguntado que qué está pasando en ese circo. Ayer me comunicó usted que había desaparecido un empleado. Esta noche se han escapado unos tigres y han detenido a un enano por pederastia. ¿Qué va a ser lo próximo?... Imagino que estará usted al corriente de lo de los tigres y el enano.
— Sí, mi capitán, ayer esperé en la playa hasta ver que todos los tigres volvían  su jaula. En cuanto al enano, solo puedo decirle que es un tipo muy conflictivo. Bueno, un asqueroso. Tanto el enano como el dueño del circo son dos malos bichos, pero no creo que estén implicados en el asesinato.
— ¿Tiene usted ya alguna pista?
— Eh... — decidió mentir — Sí, mi capitán, creo que el asesino es ajeno al circo y actuó movido por un deseo de venganza — "¡Qué bien me ha salido, como en las novelas!" — Estoy convencida de que la desaparición del argelino Abdel Alim tiene que ver con los hechos — "¡Hala, qué farol!"
— No se duerma en los laureles, teniente, quiero tener algo concreto antes de un par de días, ¡muévase!
Y colgó sin decir adiós, muy propio de él cuando estaba mosqueado.
"¡Hay que fstidiarse, solo llevo un día investigando sobre el terreno y ya me está echando una bronca el muy capullo por no tener una pista!... Vale, pues ya le he dado media pista, espero no no haberme equivocado del todo. Pero, bueno, me huelo que existe esa relación entre el asesinato, la desaparición de Abdel Alim y la suelta de los michinos, "gatitos lindos", je, je, como dice Piolín. ¡Jolines, hace cuánto tiempo que no veo dibus de Piolín, ni de la abeja Maya, ni de Heidi...! ¡Me estoy haciendo mayor!


(Continuará)

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