martes, 3 de enero de 2017

(47) El caso de la domadora asesinada.





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La inspectora escuchó asombrada el relato del domador de monos basado en las patéticas vidas del viejo dueño del circo y "su" enano repulsivo.
"Los padres de Marcial, que no eran enanos, tenían una caseta de tiro y con ella se movían de feria en feria por pueblos de Andalucía y Extremadura. Ya sabe usted, un negocio de escopetas poco fiables, de esas que hacen bueno el dicho "falla más que una escopeta de feria"
La inspectora descubrió que el feo Cristino Beniaján era un buen narrador, se recreaba en la historia como un cuentacuentos típico. De una forma inconsciente se sentaron en un banco del paseo. El relato prometía.
"Todo empezó cuando... quiero decir que ahí empezó en cierto modo el futuro de Marcial, que entonces era un niño de cuatro años. Todo empezó cuando un cliente borracho y agresivo increpó furioso al padre de Marcial, Licinio, afirmando que él no estaba tan borracho como para fallar todos los disparos después de haber cambiado tres veces de escopeta. El hombre echaba chispas porque se estaba frustrando su plan: quería regalarle a la hija de su amante una muñeca pepona vestida con traje de faralaes. La cosa es que Licinio salió de la caseta para pegarse con el energúmeno, pero este fue más rápido y golpeó el primero, propinándole tres soberbios puñetazos y derribándole al tercero, ante el asombro del numeroso público que se detuvo a ver el vergonzoso evento. Y como Licinio sufría del corazón y ya había tenido un par de amagos de infarto, pues no le digo más. Y después le tocó a su mujer, pasadas tres semanas, que era muy depresiva la pobre y empezó a perder las ganas de vivir, hasta que dejó de vivir por completo por iniciativa propia, lanzándose al vacío desde lo alto de un barranco. Pero antes de que esto sucediese, Leonarda, que así se llamaba, le rogó a un amigo del matrimonio que se encargase del niño si a ella le sucedía algo. Como ya supondrá usted, señora policía, ese amigo era Tobías Carretero, el dueño del circo, que entonces se llamaba "Circo Hermanos Carretero" Pero cuando los otros dos hermanos murieron, Arístides y Teodomiro, pasó a llamarse "Circo Carretero Internacional" y más tarde "Gran Circo de la Atlántida", que es un nombre mucho más comercial, ¿no le parece? — La inspectora asintió con un gesto. Estaba anonadada ante tanta miseria humana — Don Tobías y sus hermanos mantenían una vieja amistad con Licinio y Leonarda, después de haber coincidido con ellos en mucha ferias. Y así fue como el pequeño Marcial, que a la sazón tenía cuatro años, como ya le he dicho, pasó a ser hijo adoptivo del hombre que hoy es un viejo insoportable, tan insoportable como el propio enano.
Doña Enriqueta reaccionó:
— ¿Y qué es lo que justifica la mala leche de ambos?
— Señora policía, le voy a revelar un secreto espantoso. Me lo he guardado durante muchos años, pero ya es hora de que lo suelte.


(Continuará)

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