jueves, 17 de julio de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 33 )










Más sobre Joselín

- Su nombre?
- Santos Del Bosque.
- Bien, dígame, señor Del Bosque.
- Pues verá, yo tuve acogido a Joselín en un bajo de mi propiedad desde que le echaron de casa sus padres.
Madero y Jiménez cruzaron una mirada, los padres del difunto no les habían contado nada de eso.
- Y cuando fue?
- Perdón...
- Cuando le echaron de casa sus padres?
- Ah, pues hará un mes o así, Joselín discutía mucho con José, su padre, y su madre, que no anda bien del corazón, lo pasaba fatal. Así que decidió salir de casa. No tenía dinero porque le habían echado de la obra y...
- Le echaron de casa o decidió salir de casa, en qué quedamos?
- Bueno, debió de ser una mezcla de ambas cosas, el ambiente estaba al rojo vivo según me contó.
- Y usted le dejó que se alojase en ese bajo de su propiedad...
- Sí, yo le admiraba como deportista y me dolía verle en esa situación, aunque ya sé que en parte, lo que le pasaba, era por su mala cabeza.
Don Santos era un hombre menudito, no pasaría de 1'55 de estatura, con aspecto de conejo asustado y un bigotillo muy fino.
- Usted no habitaba en el bajo?
- No, señor, yo tengo mi piso en la calle Santander. El bajo es un chamizo en el que mi difunto padre guardaba los aparejos de pesca, herramientas y tras viejos. Yo le instalé agua corriente y un retrete por si algún día no podía pagar la hipoteca de mi piso y el banco se quedaba con él. Cuando le ofrecí a Miguelín que lo ocupase, aceptó encantado.
- Y eso es todo?
- No, hay más, hay algo que igual les sirve a ustedes para dar con el asesino.
- Estoy deseando oírle.
- Un día le oí discutir muy alto con alguien, con un hombre... que me pareció mayor.
- Que "le pareció" mayor?... Explíquese, por favor.
- Vera, yo vine un día a verle porque me dijo que una ventana no cerraba bien y se colaba el frío. Me acerqué para comprobar si lo podia arreglar yo o era cosa de llamar a un carpintero. Pero antes de llamar oí voces, estaba discutiendo con alguien. Luego vi salir al hombre y me pareció mayor por la forma de caminar.
- No le vio la cara?
- No, yo me había apartado unos metros de la puerta para no ser sorprendido si abrían, y el hombre salió caminando en la otra dirección. Además estaba anocheciendo. Me pareció mayor y delgado, con el pelo blanco.
- Y sobre qué discutían?
- No lo sé, estaba la tele muy alta y sólo se le oía a Joselín. Le llamaba al otro "cabrón" e "hijo de puta", y al final le dijo: "lárgate antes de que te mate a hostias"
- Y fue en ese momento cuando el otro salió de casa?
- Sí.
- Señor Del Bosque, vuelva mañana para repetir la declaración y firmarla. A estas horas andamos escasos de personal.
- Sí, señor.
- Y muchas gracias por su colaboración, pero debería haber venido antes. A veces los asesinos se escapan porque los testigos no colaboran a tiempo.
- Perdone usted.
- Oiga, lo de "cabrón" e "hijo de puta" no será de alguna película de la tele?
- Oh, no, en la tele estaban echando unos dibujos del Oso Yogui.

( Continuará )

2 comentarios:

  1. ¿Joselín viendo El oso Yogui? ¡Qué nivel!
    Parece que este tipo gruñía y mordía constantemente, será dificil saber quien se lo cargó porque la lista de posibles es interminable.


    Quedo a la espera de su relato el sábado, será el primero del concurso de Relatos Cortos Veraniegos.

    ¡Feliz jueves!

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  2. Eso está hecho, ayer lo redacté. Me ha salido larguito, pero lo voy a pasar en el ordenador del Instituto Cervantes y así me evito la pesadilla de las correcciones de ingles. Ya he visto que Doña Enriqueta está animadilla. Buen día!

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