jueves, 3 de julio de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 22 )








El Pozillo de los Frailucos.

- Visto de una manera pragmática, digamos que los muertos no van a resucitar para echarnos en cara que estemos contando chistes. Allá cada uno con su conciencia. - Dijo el inspector Madero, un hombre que creía en las divinidades tanto como en los politicos.
- Claro, claro... Oiga, pues yo ya no me acordaba de eso de que me pareció ver a José Luis en la tele.
- Haz un esfuerzo de memoria, por favor.
- No, si ahora sí me acuerdo, pero lo que no recuerdo son detalles. Me pareció verle, sí, o ver a alguien que se parecía a él. Creo recordar algo del pelo... pero no, coño, no me acuerdo! Creo que ese día estaba yo ciego de vino. Aquí en el norte bebemos mucho, sabe. Oiga, usted no es de esta tierra, verdad?
- He venido destinado, me incorporé hace tres semanas. Vale, pues si recordases el más mínimo detalle te agradecería mucho que te pusieses en contacto conmigo. Cualquier detallito, qué es lo que hacía, si se le veía paseando por la calle, si le estaban entrevistando... A lo mejor alguna de esas encuestas callejeras, o quizás haciendo de extra en una serie.
- Lo pensaré, lo pensaré, señor comisario, se lo prometo.
- Je, je!, dejémoslo en inspector.
Al salir del bar decidió dar un repaso a sus hombres a base de telefonía móvil. El concienzudo Estébanez había telefoneado ya a cuarenta y tantas agencias de actores, modelos y figurantes. Hasta ahora no había aparecido en los registros ningún José Luis Campillo Arenal. Estébanez había tenido una iniciativa: tras terminar con las agencias de Madrid, llamaba ahora a las de otras ciudades: Barcelona, Valencia, Bilbao... El muchacho bien podría haberse desplazado a otra ciudad.
Jiménez le informó que los senderos que convergían en el Pozillo de los Frailucos eran muy intricados, incluso peligrosos, y en algunos tramos se convertían en auténticos "rompepiernas" plagados de arbustos y argomas. Con razón los frailes de antaño y los nudistas de ahora habían elegido un sitio tan apartado de las miradas curiosas.
- Pues menos mal que estamos en Invierno, mi teniente, porque los nudistas no nos habrían dejado bajar vestidos.
- Ja,ja,ja!... Oiga, y a las señoras les habría encantado ver a Brad Pitt desnudo, ja,ja,ja!... Perdone usted, Jiménez. Alguna conclusion?
- De momento solo extrañeza. Era un día muy jodido de viento cuando ocurrió el asesinato. Tuvieron que echarle cojones para bajarle hasta allí.
- Osea, que debemos descartar la posibilidad de que lo hayan matado en otro lugar y luego lo hayan trasladado hasta el "Pozillo"
- Por supuesto, les habría resultado más fácil lanzarlo al agua con una piedra haciendo peso desde un acantilado.
- Nos vemos dentro de una hora en la comandancia para cambiar impresiones. Yo voy ahora a entrevistarme con los padres de Joselín.
- A sus órdenes, mi teniente.
- Ustedes sigan interrogando a los remeros.

( Continuará )

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