lunes, 24 de marzo de 2014

Uno a uno y sin prisas ( 53 )






Sólo con ver aparecer a Grecia Salazar, al cabo Modesto ya se le revolví el estómago, como si esta fuese la culpable de todas las desgracias que estaban ocurriendo. "Vaya usted a saber, a lo mejor es una gafe colosal!", solía comentar entre los suyos el viejo picoleto.
Se cruzaron en la plazoleta de la fuente vieja.
- Don Modesto, he visto que van a asesinar a otro hombre hoy mismo.
- Joder, Grecia, tú eres la mensajera de la alegría!... Y quién es el "afortunado" esta vez?
- No lo sé, otro del pueblo, puede que... Nicolás Ventura, Julian Cortizo, Belisario Lezcano... Qué sé yo, tampoco quedan muchos de las edades de los que están matando.

Doña Paloma Cerecedo vivía en una casa de campo muy antigua y varias veces restaurada. Un balcón azul con cantidad de macetas y sus respectivas flores, impregnaban de colorido la blancura de la fachada.
Doña Paloma, a pesar de sus muchos años y constantes achaques, era de ese tipo de mujeres que no se resignan a perder la vitalidad que han tenido durante toda su vida. Después de servirle un café con leche y unas pastas al inspector, cosa que este aceptó porque ella insistió varias veces, y tras charlar de varios temas supérfluos, el clima del norte, la cosecha de manzanas y las tonterías que se ven por televisión, Doña Paloma fue al grano.
- Mire usted, teniente... Me ha dicho que es teniente, no?
- Sí, señora.
- Es que, como va usted de paisano, no le veo los galones, ji, ji!... Mire usted, le puede parecer una tontería, pero yo le aseguro que lo que ocurre en Valdurriales ha sido provocado por una maldición gitana.
El inspector carraspeó e intentó mantener el rostro impasible, reprimiendo la sonrisa que intentaba dibujarse en sus labios.
- No me cree, verdad?
- Bueno, me gustaría saber en qué se basa.
- En la sabiduría de mi difunta madre que Dios tenga en su gloria.
Al final surgió la sonrisa.
- Puedo explicarme, teniente?
- Claro, para eso he venido, explíquese, por favor.
Sonó el móvil del inspector.
- Perdone, Doña Paloma. Dígame usted, Modesto.
- Ya la tenemos liada otra vez, mi teniente. La pitonisa dice que van a matar a otro hoy mismo.
- No ha dado un nombre?
- Pues no, dice que puede ser cualquiera.
- Coño, eso también lo digo yo!
Miró a Doña Paloma, ligeramente avergonzado por el taco que se le acababa de escapar. "Harry el Sucio" también era un caballero.
- Pero ha citado tres nombres de posibles víctimas, mi teniente.
- Hala, ahora tenemos una quiniela!... Bien, pues vigile a esos tres hombres. Dígales a sus agentes que no los pierdan de vista por nada del mundo.
- Uno de ellos no está en el pueblo, Nicolás Ventura. Casualmente me lo encontré ayer y me dijo que hoy iba al cine a Lobodoiro.
- Qué película iba a ver?
- No me lo dijo.
"Esto sí que es un follón, ponerse a buscar ahora en todos los cines de Lobodoiro, con las películas a punto de empezar o recién empezadas, a la posible victima de un asesino tan astuto como invisible, al cual pondría en fuga el movimiento policial y se reservaría para una mejor ocasion, como ocurrió con Rogelio Briales"

Pero la suerte ya estaba echada. Mientras el inspector se hacía estas reflexiones, la muerte acechaba al hombre de Valdurriales. El asesino se había instalado en la fila 14, justo detrás de la butaca que ocupaba el ya inminente desventurado Nicolás Ventura.

( Continuará )

2 comentarios:

  1. Es muy dificil "ver" lo que va a suceder, no se ve claramente, es una premonición. Mejor no hacer mucho caso, o te vuelves loca.
    Vaya, una maldición gitana de por medio, esto se pone divertido, je je je...

    He visto su correo de hoy y le he dejado el enlace a un artículo de Lorenzo Silva, muy interesante.

    ¡Buen día!

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  2. Ya le dije hace unos días que las musas me acompañan. Tengo hechos episodios hasta el martes que viene y espero sorprenderla gratamente. La putadita es que sigo de los nervios con los cibers. Ayer fui a la la biblioteca del centro, que ya había reabierto, y al principio me llevé una gran alegría, mejores ordenadores y la conexion muy rápida. Pero no sé si es que me tocó el único ordenador que no admitía el sistema de ortografía en español o si va a ser así con todos. De momento estoy en el del barrio. La respuesta luego. Ahora tengo que corregir toda la ortografía del que escribí ayer para hoy. Una locura!
    Hasta ahora!

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