Los enanieves de la malvada Blancanitos sembraban el terror entre los humildes habitantes de Raskajú. Aquellos que osaban desafiar las inhumanas leyes de la cruel gobernanta, los que se negaban a pagar sus elevadísimos impuestos o escondían a sus doncellas para que no las violasen los pérfidos enanieves, eran azotados y mutilados salvajemente hasta la muerte.
Blancanitos era la reencarnación del diablo, la personificación de todas las maldades imaginables e inimaginables.
Una vieja leyenda transmitida transmitida oralmente de generación en generación, contaba que un príncipe azul vendría a salvar a Raskajú de esta atroz tiranía. Un intelectual local genial advirtió que la profecía estaba a punto de cumplirse. Este hombre se llamaba Remondongo Charcatú, pero era conocido como "El pato con botas" porque era muy patoso y calzaba unas botas enormes.
Y así fue. El Príncipe Azul Marino, que llegó por mar, y cuyo nombre era Sinkafeíno de Flankataflán, entrenó a los raskajucianos en el arte de la guerra atroz, formando un potentísimo ejercito que se enfrentaría a los malvados enanieves de la tirana Blancanitos.
Los diferentes batallones, dirigidos por los generales Escarchifloro y Karkamusgo, entre cuya tropa combatían el Gatito Feo, Caperucita Granate, Jansel y Enriqueta, Peter Bang, Garbancito Atómico, los Hermanos Calatrava, La Bella Durmiente del Bosque ( seleccionadora nacional de fútbol ) la madrastra de Blancanitos ( su principal opositora ) y un largo etcétera de héroes y heroínas raskajucianos, hicieron morder el polvo a los enanieves y ejecutaron a los supervivientes, tras juicios sumarísimos, empezando por la abominable Blancanitos.
Y el Príncipe Azul Marino dijo: "Ahora reinaré en paz, devolviendo la felicidad a Raskajú, pero antes necesito enamorarme de una doncella y convertirla en mi dulce esposa y en vuestra reina"
Y todos gritaron: "La Cenicienta!, la Cenicienta!"; "Elige a la Cenicienta", le aconsejó sabiamente Remondongo Charcatú, "pues ella es la más necesitada economicamente"
Y así sucedió. Y fueron felices y comieron de todo, pues el nuevo reino - que a partir de ese día se llamó Rascajú Azul Marino - fue el más próspero de todos los reinos del planeta.
Y colorín colorado, no sé si a Doña Leona le habrá gustado.
FIN
¡Sí que me ha gustado!
ResponderEliminarEs usted único líando los cuentos, ¡juas!
Pero veo que ya ha puesto la directa y tiene cinco episódios más del otro. ¡Señor!, y eso que es "sin prisas"... Falto dos días y...
Ahora no puedo verlos, tengo asuntos pendientes que resolver, pero ya sabe que no me pierdo nada. ¡Volveré!