miércoles, 19 de febrero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XXX )

Se respiraba la tragedia en cada partícula de aire del pueblecito asustado, tan asustado como indignado. Los vecinos se comunicaban entre ellos en voz baja o expresando su desconcierto con huidizas miradas, fundiéndose en ellas el temor y la rabia.
Dos asesinatos inexplicables, dos víctimas de una locura de sabe Dios qué loco. Un irracional ataque a un panteón del cementerio...
Sólo algunos de los más jóvenes protestaron en voz alta, haciéndolo con letras muy grandes. La enorme pintada en la pared del silo era como una editorial del sentir del pueblo:

"NOS ESTÁN MATANDO Y NADIE NOS PROTEGE"

El reportero Alfonso Paz hizo varias fotografías de la pintada y continuó "a la caza de la noticia", es decir, buscando las palabras más brutales de los vecinos más indignados para sus titulares "rabiosos" Al día siguiente, el repartidor de prensa traería muchos más ejemplares del Faro de Lobodoiro a Valdurriales. Por eso él se ocupaba muy bien de hacer una foto a cada vecino entrevistado.

Madero se agachó para observar más de cerca el cuerpo de Rogelio Briales. Jiménez hizo las fotografías de rigor y buscó casquillos de bala por la habitación. Lo habían matado en su casa. Finalmente se confirmó la idea de que sólo habían disparado una vez.
El inspector recordó el momento de su interrogatorio a Briales:
-Contésteme pensando muy bien la respuesta. Tiene idea de alguien que pueda tener un motivo, el más mínimo motivo, para matarle a usted?
- No, señor.

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