viernes, 24 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XII )



Resumen de lo publicado:

( Para quienes quieran honrarme con su lectura a partir de ahora )

Valdurriales de las Monjas es un pueblecito de la Cornisa Cantábrica alejado unos pocos kilómetros del mar y próximo a una ciudad más importante y sí marinera: Lobodoiro. Debe su nombre a que antiguamente hubo un convento de monjas de clausura.
Una vidente local, Grecia Salazar, anuncia que se va a cometer un asesinato en el pueblo e incluso aporta la identidad de la hipotética victima: el tendero Rogelio Briales. Pero pasan los días y nadie mata al señor Briales, hasta que el pueblo se despierta con la terrible noticia de que han asesinado a un infeliz, Joaquin Ruiz, "Joaquinillo" Nadie se lo explica, ni siquiera el inspector encargado del caso, quien cree ver en la acción la mano de un profesional.

Aparte de la nombrada pitonisa y el tendero "superviviente", he citado de pasada al párroco, Don Bernardo, al alcalde, Don Blas, y al guardia raso Serafín. Y he aquí los personajes más importantes sobre el tablero de este juego literario policiaco: El cabo del puesto de la guardia civil de Valdurriales de las Monjas, Don Modesto Salvatierra, y el detective encargado del caso, teniente inspector de la guardia civil Don Maximino Madero.


Retomamos la acción:

- Llénelo, por favour.
- Sí, señor. Jo, es usted un detective, verdad?!
- Pues sí.
El chico de la gasolinera era un devorador de novelas policiacas y así se lo hizo saber al inspector Madero. Este, aprovechando que el muchacho se había posicionado al otro lado del coche para servir la gasolina, marcó en el móvil el número de uno de sus subordinados.
- Habeis interrogado al empleado de la gasolinera?

( Continuará )

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