jueves, 9 de enero de 2014

Joselín y Ricardín tienen un objetivo.



Cuando Joselín se empeña en algo... bueno es el!

A pesar de su cortísima edad, cuatro añitos, consiguió arrastrar la pesada silla desde el salón hasta la cocina y consiguió subirse a ella, pero... mecachis en la mar serena, aún quedaba muy alto su objetivo!
No tenía otro remedio que pedir la colaboración de su hermano pequeño Ricardín. Bueno, pues mejor. Así, si Ricardín entraba en el plan, ya no era su enemigo, ya no se chivaba a mamá. Necesitaba imperiosamente a Ricardín para que le ayudase a cargar con aquel librote tan pesado.
Cargaron los dos con el librote hasta situarlo sobre la silla. Treparon a la silla y se subieron al librote. Yupiiiiii...!!! Abrieron la puerta del armario y ante sus caritas de golosos apareció... el bote de mermelada!!
La union hace la fuerza, qué gran verdad!... Joselín y Ricardín se sintieron sanamente felices gracias al satisfactorio resultado de un trabajo en equipo. Sólo eso?... Ah, y gracias al tocho con veinticinco cuadernos extras de "Las Aventuras de la Capitana Indestructible"
El empacho de mermelada, la visita a Urgencias del hospital y el mal trago que les hicieron pasar a papa, mamá y la abuelita, ya es otra historia. Imagínensela ustedes.

2 comentarios:

  1. Esa Capitana Indestructible debe ser la hostia, oiga ;D

    Nada, un empacho de dulces no es nada del otro mundo y Joselín y Ricardín pueden decir eso de "¡Que me quiten lo bailaó!"

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  2. Sí, creo que son unas aventuras emocionantísimas, je, je!

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