sábado, 25 de febrero de 2017

(79) El caso de la domadora asesinada.



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Enriqueta se enteró de que había un circo en Alcantarilla y rauda partió hacia allí. Tardó un poco en llegar a donde tenía aparcado el coche, frente a la Condomina, pero no le costó encontrar la carretera de Alcantarilla, por la que ya había transitado teniendo como chófer al "capullo de Galdames"
"¡Pero, vamos, ¿es que no puede ver el muy gilipollas la posible conexión entre los dos casos?! Y para colmo le come el tarro a Llorente!"
Se detuvo en el semáforo en rojo de Nonduermas, hacia la mitad aproximadamente del trayecto.
Nonduermas es un pueblecito de 2.332 habitantes, pero con una gran actividad en el deporte del fúbol sala. Y también tiene su historia: la noche del 15 de Octubre de 1.879 se produjo una gran riada y murieron 54 personas, y el 20 de Octubre visitó el pueblo el rey Alfonso XII, que se bajó del tren en Alcantarilla y llegó andando a Nonduermas, y un anciano le dijo: "Solo nos ha quedado la tierra, el cielo y usted" Eso sí que era fervor monárquico, y no lo de ahora, ¡je,je!
Le costó un buen rato encontrar el circo en aquel laberinto de calles estrechas, y otro buen rato aparcar a "Berenjeno" El "Circo Fantasía Siglo XXI" estaba instalado en un solar que daba a la parte trasera de la iglesia. Ya era tarde, la función debía estar a punto de finalizar, eso pensó ella, pues la portera, una cuarentona con bata de andar por casa, pero muy maquillada, pues posiblemente cubría con la bata un atuendo de artista, bostezaba y miraba hacia el interior de la carpa moviendo ligeramente la cortina de la puerta, como esperando que el público se abalanzase hacia la salida.
— Está acabando ya, ¿no?
— No — contestó la artista — es que yo miro hacia dentro por si alguien se acerca a comprar refrescos, que tengo ahí una neverita con cocacolas y fantas.
— Ah, hace usted de todo — se arrepintió a momento de lo que acababa de decir, pero la circense no se lo tomó a mal.
— Faltan veinte minutos para que termine. Pues sí, señora, las gentes del circo hacemos de todo. ¿Espera usted a alguien?
— La verdad es que quería avisar a mi marido, que ha venido con los niños, de que tiene un aviso urgente del trabajo. Es que trabaja en una empresa de seguridad.
Mintió muy bien, como si tuviese delante a un delincuente y tratase de sonsacarle algo con artimañas.
— Bueno, pues pase usted si quiere, pero no le va a ser fácil encontrarle, hoy hemos llenado.
— ¡Uy, qué bien, me alegro por ustedes!
En efecto, el circo estaba a tope de adultos y chavalería. En ese momento se apagaron las luces y un foco iluminó una gran esfera metálica con miles de agujeritos por los que se podía ver el interior.
"Lo que viene ahora debe ser algo bueno, pero si de verdad estuviese buscando a alguien... ¡je,je!, aquí solo se va a poder ver a los artistas.


(Continuará)

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