domingo, 11 de octubre de 2015

( VII ) Un asesino más listo que el hambre.



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El detective Fulgencio pulsa el timbre de la puerta de hierro de Villa Carlota. Doña Carlota le observa desde la ventana de su dormitorio en la segunda planta. Mari, la doncella, ( "doncella", como gusta llamarla su jefa ) espía desde la ventana del cuarto de plancha en la planta baja. Mario, el hombre para todo, aparece por el porche y cruza el jardín para abrirle la puerta al visitante.
- Buenas tardes, señor detective, la señora le está esperando. Sígame, por favor.
Los tres están impactados, la señora y su servidumbre, pues no imagiban que el detective fuese tan físicamente impresentable.


Mari

Es una mujer de 37 años, gordita pero ágil, madre soltera con un niño de 14 años que quiere ser famoso y solo es un pobre retrasado. Para los efectos, Mari es "la doncella" A requirimiento de Doña Carlota les sirve el te con pastas. Al detective no le gusta el te con pastas, prefiere el café con churros o el carajillo, pero su anfitriona no le ha preguntado. Se comerá un par de pastas durante la conversación, pero sin te.



Mario

Es un hombre de 51 años, calvo, de cabeza redonda perfecta, como un globo terráqueo, ojos pequeños, gran papada, espalda ancha y muy lento de movimientos. Parece tonto, pero no lo es, en su caso las apariencias engañan. Resuelve los crucigramas más difíciles y recuerda las alineaciones del Real Madrid desde que Bernabeu era el presidente.


Carlota y Fulgencio

- Puede retirarse, Mari. ¿Puedo hablarle con toda sinceridad, señor Hermoso Gallardo?
- Mientras no sea para insultarme...
- No, por Dios, pero me sentiría mejor si le digo que me siento mal en presencia de usted. Me dijeron que usted es feo, pero...
No sabía como seguir.
- Soy horroroso, ya lo sé.
- Ese ojo... ¡Dios Santo!
- Lo siento, no tengo otro.
- Ya, ya, se supone que el parche no lo lleva por esnobismo.
Fulgencio Hermoso Gallardo tenía puesto su ojo de sapo gigante en los ojos asustados de Doña Carlota, la cual no era una mujer de las que se asustan con facilidad, pero no había sentido tanto miedo desde que la violó un sacerdote borracho cuando tenía 9 años, el capellán de la familia para más señas.

( Continuará )

4 comentarios:

  1. Buena descripción del servicio, parece una novela de Aghata Christie, je je je...

    Desde luego, la "Escarlata O'Hara" se pasa con Fulgencio. Si realmente fuera una señora, ignoraría por completo sus deformidades. Como si no existieran.

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  2. Pero es una señora distorsionada por una novela impregnada de humor, o según la opinión de Jesús, esto tiene que ver más con el tebeo que con la novela.

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    1. Bueno, teniendo en cuenta que Jesús es capaz de ver una novela en un diario del día de Las Cortés...

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    2. Jajajajajajaja!... ¡Joder, ya me voy a tirar riéndome toda la noche!

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