viernes, 9 de octubre de 2015

( V ) Un asesino más listo que el hambre.


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Un palacete

Sin duda se trataba de un caso importante, uno de esos casos que desquician a la policía, pues nadie recurre a los detectives privados hasta que el tiempo se alarga y la policía no da señales de progresar.
¡Un caso de asesinato!, ¡qué guay!, una perita en dulce, una bicoca para el vocacional Fulgencio, que estaba ya un poco aburrido de espiar a maridos infieles y a empleados desleales, de buscar a adolescentes desaparecidos e investigar a administradores corruptos. Un caso de asesinato que le ponía nuevamente en la órbita del mundo de la criminalidad, lo más parecido en su oficio a la novela negra. Fulgencio era un amante de la novela negra y siempre ponía como ejemplo la que consideraba la mejor del género: "Catorce asesinatos en el tren de Mataro" del genial Camilo Coscojuela.
Este caso, sin duda, le reportaría unas sustanciosas ganancias. Siempre había soñado con escuchar una frasecilla al estilo de las que se leen en las novelas: "No me importa si sus honorarios son elevados, usted limítese a hacer bien su trabajo" Y esta podría ser su gran ocasión, pues Doña Carlota olía a dinero, le daba en el olfato que la viuda del conde estaba forradísima de milloncejos.
Pero ¿porqué a él?, ¿quién le había hablado a Doña Carlota de su deforme persona?...
"Ahora recuerdo haber oído que es usted algo especial, pero dejémoslo"
Buen comienzo, no le importaba a la empleadora su imagen. Había perdido muchos trabajos porque no se daba un aire a James Bond, ni siquiera a Hercules Poirot,  "Y cuidado que Hercules Poirot está mal hecho, es un enano con cabeza de huevo" Pero él le superaba con creces, su apariencia física era la de un híbrido de Pozi y Quasimodo. No le importaba esta discriminación porque al final siempre encontraba trabajo, terminaba imponiéndose su talento, lo mismito que le pasaba a Vicente del Bosque, que "no daba el perfil" exigido en el Real Madrid pero elevó a "La Roja" a la categoría de mejor selección futbolera del mundo.
Viajó en metro hasta Colón, "Jardines del Descubrimiento", la gran plaza de la misas papales y la rojigualda colosal de Trillo. Subió caminando un tramo de la calle Genova, la de la sede del PP, y se internó por Zurbano. El 232 estaba en el quinto coño, pero había salido con tiempo para hacer walking. Algunos viandantes le miraban con una cierta aprensión o curiosidad morbosa. En el metro no se había sentado nadie a su lado. Lo peor era en las horas puntas. O lo mejor. En este aspecto se sentía un privilegiado porque ningún gai promiscuo intentaba meterle mano.
Después de una larga caminata llegó al 232 de Zurbano.
"¡Jo, qué pedazo de casa!"
Era un palacete.

( Continuará )


6 comentarios:

  1. Entiendo el entusiasmo de Fulgencio por el caso que le ha propuesto la "Escarlata O'Hara" de turno, je je je...
    Ya dije ayer que me hubiera gustado que el poli del escáner llamara al de la metralleta al ver lo que llevaba en el bolso, pero no fue posible, ainsss... Qué aburrimiento, ni los polis te dan un poco de emoción, ¡juas!

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    1. Por cierto, Camilo Coscojuela es tan famoso como la creadora de 'Las aventuras de la Capitana Indestructible'. ¿Serán familia?...

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    2. Me parece que en el anterior novelón dije que no eran familia, y que tampoco estaban emparentados con Matías Coscojuela, el ex novillero y propietario del bar "Y a los toros de Carabanchel" Me parece que lo dije, no me haga mucho caso.

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    3. Me parece que en el anterior novelón dije que no eran familia, y que tampoco estaban emparentados con Matías Coscojuela, el ex novillero y propietario del bar "Y a los toros de Carabanchel" Me parece que lo dije, no me haga mucho caso.

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