viernes, 16 de diciembre de 2016

(41) El caso de la domadora asesinada.

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El capitán Llorente escuchó el relato de su subordinada y, cuando esta acabó, le dio las órdenes pertinentes:
— Aún no podemos cursar una orden de búsqueda de ese empleado desaparecido, no ha transcurrido el tiempo que marca la ley para tal fin, pero a esa mujer a la que le han oído decir que en la noche del crimen vio al asesino y oyó su voz, debe usted interrogarla otra vez e inmediatamente, aunque la saque de la pista del circo arrastrándola por los pelos
— "¡Jo, que exagerado eres, tío!" — y en el caso de que se niegue a colaborar llámeme y mandaré una patrulla para que la traigan a comisaría.
— A la orden, mi capitán. ¿Manda alguna cosa más?
— No diga esa chorrada, que no estamos en la mili. Escuche, en el caso de que haya noticias del desaparecido llámeme también. Puede telefonearme al móvil aunque sean horas de estar en la cama. Este caso me intriga mucho, no es normal que el asesino haya escurrido el bulto tan faclmente, y lo que ya resultaría una calamidad total para todos nosotros, los policías de Almería y Murcia, es que se nos revelase como un asesino en serie. Ya me imagino el alboroto que armarían los medios si apareciesen más cadáveres de mujeres circenses jóvenes. Enriqueta, estruje a esa tal Martinelli hasta que le diga todo lo que vio y escuchó aquella noche, y no olvide de ponerles las pilas también al dueño del circo y al enano. Me ha dicho usted que el enano es un intrigante y que le proteje el viejo, ¿no?
— Así es, mi capitán.
— Alguno de los circenses, sean estos u otros, saben lo que ha pasado. ¿Usted qué piensa?
— Tengo mis dudas, mi capitán.
— Pues venga, intente despejarlas. Esta vez no lo tiene tan claro como cuando lo del cura asesino de Albacete, ¿eh? ¡je, je!
— Pues no, aquella vez sabía quién era el asesino desde el principio, como en los casos del teniente Colombo.


Se dirigió inmediatamente a la roulotte de Miss Martinelli, pero esta ya se encontraba en el "control", con su bandera en la mano, esperando a que se iniciase el desfile que abría la segunda función.
La inspectora recordó las palabras del enano: "Miss Martinelli es la ideóloga del crimen y yo sé quién es el ejecutor"


(Continuará)

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