jueves, 8 de diciembre de 2016

(35) El caso de la domadora asesinada.



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El público se agolpaba ante la puerta, sobre todo los niños, que estaban muy ansiosos. Incluso para los niños de hoy en día, un circo es algo muy importante, entre otras cosas porque no todos los pueblos reciben la visita de los nómadas circenses. Hubo un tiempo en el que en España los niños eran felices mientras duraba la emisión de "Los payasos de la tele", los célebres Gabi, Fofó y Miliki, a los que más tarde se les unirían Fofito y Milikito, hijos de Fofó y Miliki respectivamente. ¿Quién no recuerda aquel grito en forma de pregunta?: "¡Cómo están ustedeeeeeees...?!", y aquella respuesta automática de la grey infantil: "¡Bieeeeeeen!"
El "portero" habló en susurros a la inspectora:
— Ha desaparecido Abdel Alim. Desde que tú te fuiste del circo esta mañana no se le ha vuelto a ver. Aquí se nota mucho cuando falta alguien porque todos tenemos responsabilidades y el trabajo de cada uno apoya el trabajo de los demás.
— ¿Nadie sospecha a qué puede deberse su ausencia?
— Mi amigo Cristino Beniaján, el domador de monos, dice que le ha notado muy raro. Le ha saludado y  no le ha contestado. Según él estaba como atontado. Y Jesusa Sánchez está hecha una furia, se le ha oído discutir con su marido a viva voz, le decía que esta noche, después de la última función, pensaba hablar con Abdel Alim para intentar dilucidar quién era el asesino, que si alguien utilizó el nombre de Abdel Alim para que Benita le abriese la puerta de la caravana, era precisamente porque ese alguien conocía a Abdel Alim.
— Un momento, que me pierdo. ¿Me estás diciendo que alguien dijo "Soy Abdel Alim" para que tu hija abriese la puerta de la roulotte?
— Sí, eso ha dicho al parecer. Daban tantas voces que se les ha debido oír hasta en la playa.
— ¿Y cómo no lo dijo cuando la interrogó la Guardia Civil? ¿Y cómo no me lo ha dicho a mi?
— Sin duda alguna tenía intención de ocultarlo hasta que ha estallado por la desaparición de Abdel Alim.
— Esto se llama "obstrucción a la labor de la justicia" y "ocultación de pruebas" ¡Uf, menud papeleta!
Interrumpió un chaval de catorce años que fumaba un cigarrillo.
— ¡Oiga, ¿nos va a cortar las entradas o no?!


(Continuará)









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