lunes, 18 de mayo de 2015

Hoy invita la casa



Don Nicéforo Ortiz Sandíaz no era amigo de bares; mejor dicho, era enemigo acérrimo de tales establecimientos. "Jamás me verá nadie en un bar", solía decir, "no me gasto yo el dinero en esos antros ni loco"

Don Nicéforo conducía su pequeño Smart por la carretera que atravesaba el pueblo, cuando un camion de gran tonelaje, al que se le acababan de romper los frenos, avanzó hacia él a gran velocidad. Don Nicéforo dio un volantazo e hizo que el coche subiese a la acera y se colase por la puerta del Bar la Curva, estrellándose contra el mostrador. No mató a nadie porque a esa hora no solía haber clientes.
El camion se estampó contra la iglesia de San Coscojuelo Mártir, aunque tampoco hubo víctimas. El camionero resultó herido grave, pero salvó la vida tras un largo período de atención hospitalaria.
Andamioro, el viejo camarero del bar La Curva, que era un hombre bajito a pesar de su nombre, y un cachondo integral, tras recuperarse del susto se dirigió socarrón a Don Nicéforo:
- Caramba, Don Nicéforo, usted por aquí, esto sí que es una sorpresa!... Qué va a tomar?
El estrellado le dedicó una mirada asesina, que parecía más atroz al surgir de un rostro sangrante, pues muchos cristalillos del parabrisas roto se le habían incrustado en la cara.
- Por supuesto, hoy invita la casa. - remató Andamioro.

4 comentarios:

  1. Jajajajaaj si es que a veces no se puede hablar, ya para rematar, invita la casa.

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  2. Me alegro muchisimo que le divierta. Para variar, el siguiente es triste, lo siento, jeje! Y perdone pero hoy no ha funcionado lo de poner la foto.

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  3. ¡Gracias sean dadas a San Coscojuelo Mártir por salvar la vida del camionero!

    Amén.

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