viernes, 13 de noviembre de 2015

( XXXVIII ) Un asesino más listo que el hambre.




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Doña Flaugerta llevaba ya varios días nerviosísima. Era mucho el tiempo que había pasado sin tener noticias de su enigmático hijo Alfonsito, y eso la traía por la calle de la amargura, como a cualquier madre, porque los hijos siguen siendo niños a los que hay que proteger con celo, aunque hayan cumplido ya los cuarenta. Pero en los últimos días se había sumado otra pesadilla a su vida. Aquel detective... ¡Oh, aquel maldito detective que culpaba a Alfonsito de la autoría de un asesinato!... ¡Oh, Dios, qué cosa más horrible!
"Bueno, pero yo no he hablado todavía con el detective de marras. ¿Será todo esto una fabulación de Carlota?; ¿Por qué no viene el dichoso detective?... Han pasado por lo menos cinco días desde que me anunció que el detective venía a verme"
Telefoneó a Carlota para ver si conseguía calmar sus nervios.
- Le habla el espíritu de Francisco Franco desde el más allá. Españoles...
- Por favor, Mario, hoy no estoy para tonterías. Pásame con la señora.
- Su deseo es una orden para mi, Doña Flaugerta.
Tapó la bocina del teléfono con una mano y se dirigió a su señora ama.
- Es la gilichichi.
- ¡Vaya por Dios!
Fingió una amable sonrisa aunque Flaugerta no la viese, pero ella era como las buenas actrices de doblaje que se acompañan del body languaje mientras doblan los takes.
- Dime, Flau, querida, ¿qué novedades vas a relatarme?
- Carlota, estoy muy angustiada, ese dichoso detective no se ha presentado en mi casa. ¿No me dijiste que tenía mucha urgencia en verme?
- Hija, yo no sé nada de la vida del detective Hermoso, ¡ni que tuviésemos relaciones conyugales, por Dios! ( ¡Vaya, ya he dicho una burrada! ) Tendrá otras ocupaciones y no le habrá dado tiempo a verte. ¿Qué tal sigues de la artrosis, los dolores de espalda y los gases intestinales?
Carlota sabía ser refinadamente cruel. Flaugerta se quedó más atribulada de lo que ya estaba. Cuando Carlota colgó el teléfono, volvió a echar pestes contra el detective.
- El monstruo nos ha salido un vago redomado, ya lleva desde el domingo sin dar señales de vida. ¡No hay derecho! Pues de mi no se ríe este escarabajo tuerto y cheposo. Ahora mismo le telefoneo para despedirle.
- ¡Hace usted muy bien, señora!

( Continuará )

2 comentarios:

  1. Menuda tonta, la "Escarlata O'Hara"esa, como si Fulgencio abandonara la investigación porque ella lo diga.
    Mario es la monda, je je je... Cierta vez, estábamos varios amigos en casa de mi tío, el artista. Sonó el teléfono y descolgó un amigo al tenerlo a lado. "Mansión de los señores Ferrán. Dígame", soltó con la cara muy seria. "Soy el mayordomo, señor. ¿A quién anuncio?". Finalmente le pasó el auricular a mi tío mientras nos desternillábamos de risa, ¡juas!

    Subo.

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  2. Pues tu tío vale por mil de los mierdas que han entrado en esta página a masturbarse viendo la foto de Franco.

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