lunes, 16 de noviembre de 2015

( XL ) Un asesino más listo que el hambre.







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Nadie denunció a nadie. Ninguno de los dos monstruos enfrentados tenía antecedentes penales, por lo cual fueron puestos en libertad al día siguiente. Pero a Fulgencio le seguía doliendo todo el cuerpo por las patadas recibidas, aunque en comisaría se lo calló para que no le retuviesen más tiempo.
El doctor del centro de salud le recetó paracetamoles e ibuprofenos por un tubo.
- No tiene nada roto, así que reposo, mucho reposo estos días y a ponerse bueno. "¡Joder, con este bestia hoy me siento más veterinario que médico!"
A Miguel Angel no le habló su novia en unos cuantos días, no muchos, porque los morros largos entre novios suelen durar menos que entre cónyuges. Dos años después, Miguel y Dori se casaban "felizmente y por la Iglesia, la definitiva estupidez de Dori después de perdonarle sus desplantes machistas un montón de veces. Otros dos años más tarde él la mató a puñetazos y golpeándola contra la pared, pero no tuvo agallas para suicidarse. Y, a pesar de sus antecedentes como machista irrefrenable, un abogado de minuta cara se las ingenió para que el pollaboba del juez se tragase lo de la "enajenación mental transitoria" La vida misma, el final aciago de docenas, de cientos, de miles, de cientos de miles de mujeres en este mundo de mierda.
Fulgencio se metió en la cama con una novela cojonuda de Michael Connelly, "La oscuridad de los sueños" Según pasaban los días, y poco a poco, fue sustituyendo las medicinas por el coñac y el whisky, y bajó a Lavapiés a comprar un par de pollos asados. 
Había apartado de su mente el trabajo detectivesco que le ocupó los días anteriores a la pelea en La Muerte tenía un precio, desconectando el móvil para que no le diese la coña la vieja Carlota y devorando la ficción adictiva de Connelly, como cuando enfermaba de niño y se rodeaba en la cama de sus tebeos favoritos: El Jabato, Pulgarcito, Pumby, el TBO y los albumes de Tintín.
Cuando ya se sintió fuerte para reemprender el trabajo, cargó la batería del móvil y luego miró a ver si tenía mensajes. Se llevó una sorpresa al abrir el buzón de voz y escuchar el primer mensaje. Una voz femenina le hablaba muy bajito, como con miedo de que alguien la escuchase: "No se fíe de Doña Carlota, es una mujer malvada, muy malvada... ¡A él lo van a matar!"
"¡Joder, esto se anima!", pensó el detective monstruoso.

( Continuará )

2 comentarios:

  1. Sí, lo de Dori es normal como la vida misma. Nunca entenderé a estas mujeres. En fin.

    Caramba, ¿Fulgencio se come los pollos de dos en dos? A mí me basta con un muslo, ¡uf! Si acaso, lo dicho por el veteri... digoo... el médico.

    ¡Ya se anima! ¿A quién van a matar ahora? Taaa... chaaan... ¡Ta chan!

    Subo al último episodio que me queda.

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  2. Tengo la estadística llena de voyeurs, de mirones asquerosos. ¿Tú crees que merece la pena escribir para esta basura de gente? Me estoy planteando escribir para ti sola un culebrón en el correo privado.

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