martes, 17 de noviembre de 2015

( XLI ) Un asesino más listo que el hambre.



Resultado de imagen de Madrid


A Mario le llamó la atención la foto de un periódico atrasado cuyas hojas estaba colocando en el suelo de la habitación de huespedes para evitar las manchas de pintura que se le escurriesen de la brocha, pues se disponía a pintar la pared. En la imagen se veía a un tío disfrazado de demonio y a otro de  Leatherface, el asesino de la motosierra, que eran trasladados a un coche policial. Se daba la circunstancia de que, en la noche de Halloween, un redactor de "Madrid Vespertino" había acompañado a la patrulla en su patrullaje nocturno. El titular rezaba "Seres malignos se pelean en un disco-pub de la calle Sombrerete" Se utilizó este lance como anticipo de un reportaje más amplio que saldría en alguno de los cuardenillos semanales, un reportaje que iba a tratar sobre el Halloween en diferentes puntos de la ciudad.
Se lo mostró a Doña Carlota.
- Pues sí, yo no negaría que es él, hay un gran parecido. Por Dios, no me extrañaría que este imbécil fuese un borrachín y camorrista noctuno. Y puede que también drogadicto y prederasta.
- Pederasta, señora.
- ¡Pues ¿qué he dicho?! ¡Carámbanos, cada día estás más sordo, Mario!... En fin, ya le he dejado dos mensajes en el buzón de voz comunicándole el despido.
- Lo celébro, señora.

Fulgencio escuchó los dos mensajes de la vieja arpía sin inmutarse. Dos mensajes que, en realidad, era solo uno repetido. "Por si no recibe alguno de los dos", había pensado la burguesona brujeril. Y de paso le comunicaba que le hiciese el favor de facilitarle el número de una cuenta bancaria para ingresarle una suma por los días trabajados.
"Bueno, pues menos da una piedra"
Se puso a repasar la situación. Su situación. ¿O no?
"La verdad es que ya no me debería importar nada. Caso finito para mi. Ya, ya, pero me jode después de todos los pasos que he dado. Y me jode mucho más la idea de que pueda haber alguien en peligro"
La idea de una persona en peligro le angustiaba. No olvidemos que, aparte de sus aficiones: la botella, las comilonas, el porno y el tabaco, Fulgencio era un monstruo bueno, incapaz de hacer daño a nadie a no ser que fuese en defensa propia. También hay monstruos buenos como hay brujas buenas, políticos buenos y polis buenos.
Escuchó otra vez el mensaje de voz: "No se fie de Doña Carlota, es una mujer mala, muy mala... ¡A él lo van a matar!"
"Pero ¿a quién?", se dijo el monstruo bueno. "¡Me cago en el gobierno!,¡ si al menos me hubiese dado un nombre, Juan, Pepe, Antonio...! me serviría para investigar. ¿Y quién puede ser esta mujer? Para saber que Doña Carlota es mala, debe conocerla bien. Tengo que seguir investigando por mi cuenta, pero voy a saltarme de momento lo que me queda por hacer en La Cañada y me lanzo a por a la tal Flaugerta.... Ummm... Flaugerta... ¡Aquí lo tengo!, Flaugerta Terradillos, viuda de Sanchoyarto, Calle Caídos de la División Azul 102, teléfono...
Marcó el número de la viuda Flaugerta y esperó. 
"¡¡Tú-tú-tú-tú-tú-tú-tú...!!"
"¡Vaya, comunica!"
Una nueva sorpresa le aguardaba al tullido más combativo.

( Continuará )

2 comentarios:

  1. Venga, hombre, no me vaya a quitar ahora el caramelo de la boca. ¡Quiero la continuación hasta el final!

    Por ahía abajo le he dejado tropecientos comentarios desde que desaparecí, incluyendo uno en respuesta al suyo.

    ¡Buenas tardes!

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  2. Muchas gracias por haberte tomado la molestia. Ni tu ni yo estamos hechos para este mundo de gente mierda.

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