jueves, 15 de mayo de 2014

Uno a uno y sin prisas ( 88 )











- Soy absolutamente culpable y deseo descargar mi conciencia. Adelante, inspector.
Sin apenas maquillaje y vestida con una camiseta azul zafiro  y un pantalón vaquero oscuro, sin ningún detalle de "estrella", ni tan siquiera las socorridas gafas oscuras, Renata Otolina seguía siendo una mujer impresionante.
Aquella mañana el inspector recibió un sms de su amante que decía: "No te muestres muy duro con ella, por favor, que en el fondo sigue siendo una niña" Eso era, una niña grande, una niña muy trastornada posiblemente. Quizá prevaleció su parte de niña herida durante tantos años para poder ser ayudada en su venganza por la fuerza y el odio de una mujer grande, una mujer con el corazón encallecido y la mente ofuscada.
Madero se sintió molesto por tener estos pensamientos que no le ayudaban en nada, pero pensó que lo mejor era no atosigarla. Aquella mujer quería contarlo todo, narrar su violación multiple y explicar o justificar su venganza. No era necesario apretarle las tuercas como al delincuente que niega su acción criminal.
Renata contó con pelos y señales lo sucedido aquella noche en el camino de la loma. Ocasionalmente, Madero le formulaba alguna pregunta capciosa para determinar si se inventaba algo. pero no la pilló en ningún renuncio. Efectivamente, Rogelio Briales era mucho más delgado de joven, y tartamudeaba ligeramente, un defecto que le fue corregido por un logopeda años más tarde. Joaquinillo babeaba mucho de joven. Nicolás Ventura se había dejado barba en aquel tiempo, lo atestiguaban varias fotografías que le mostró la familia. El inspector había investigado, desde que comenzaron a sucederse los asesinatos, las vidas de los hombres que iban cayendo, y sus descripciones coincidían perfectamente con las de los agresores de aquella niña, conservados tantísimos años en su memoria. Y su calidad de "vasallos" de Sanfelices era notoria, lo atestiguaron entre otros el alcalde Blas y su temperamental ex novia Macarena, los cuales habían decidido finalmente ponerse del lado de la ley, "por la cuenta que les tenía", y ambos coincidian en todos los detalles, ya que habían escuchado hace años la historia de labios del propio Rogelio Briales.
 Renata no había matado a ninguno de aquellos hombres "sin motivo", a pesar de la crudeza de esta reflexión. Jiménez, García y el cabo Modesto escucharon muy atentos todos los detalles de la primera parte del intrerrogatorio. El abogado Bermúdez se dio por vencido tras intentar un par de veces más que su defendida desistiese del morboso empeño de autoinmolarse. Pero Renata Otolina no había cometido esta masacre para que el pueblo no se enterase jamás del porqué. Era necesario explicarlo todo.
- No hubo ninguna denuncia por parte de sus padres.
- Sí la hubo, inspector, a pesar de que mis padres ya sabían que no iba a progresar. Era muy grande el racismo en aquel tiempo, téngalo por seguro. No había negros, pero estábamos los gitanos, y por culpa de algunos gitanos antisociales pagábamos todos los demás. El maldito Dámaso Sanfelices manejaba a su capricho a las "fuerzas vivas", como llamaban entonces al aparato franquista del poder en cada pueblo, y no es de extrañar que quemasen los folios de la denuncia a petición suya. Otra cosa: Nicolás Ventura era hijo de uno de los guardias civiles de entonces; no es difícil imaginar que quisiera tapar la salvajada. Un terrateniente y el hijo de un guardia... Sé que a usted le dolerá lo que digo si es un profesional honesto, pero historias de guardias civiles corruptos las hay a porrillo, y más en aquel tiempo, cuando la prensa estaba amordazada.
- Hombre, tanto como amordazada... Ya estábamos en 1.975.
- Inspector, no sea ingenuo. Mi familia y yo salimos en 1.979 rumbo a Venezuela, pero yo seguí informándome de todo lo que sucedía en España. Allí había prensa libre, no era la Venezuela de hoy en día, por supuesto.  En las intentonas golpistas hubo muchos guardias civiles, significándose especialmente Tejero e Inestrillas. Y sabe usted en qué año fue sentado en el banquillo de un juzgado civil por primera vez un guardia civil?; yo se lo diré: En Julio de 1.981 el teniente coronel Castillo Quero fue juzgado y condenado como principal culpable del "Caso Almería"
Madero se sintió aturdido, aquella mujer era capaz de convertir un interrogatorio en el que se la acusaba de cinco asesinatos en un alegato contra la Guardia Civil. Jiménez, García y Modesto se sentían más cautivados que si estuviesen asistiendo a una representación de "Cinco horas con Mario" a cargo de la genial Lola Herrera. El inspector trató de mostrarse mjás duro a partir de este momento.

( Continuará )

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