domingo, 23 de octubre de 2016

(Episodio Primero) El caso de la domadora asesinada.





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Era la reina del circo, la más maravillosa criatura circense que jamás vieron los públicos de España y parte del extranjero. Karla Ambrosseti, rubia platino, alta y espigada, cuerpo de modelo, ojos verdes de ensueño, dulce y hermosa como la propia Venus.
"La Gran Karla" se metía diariamente, en dos funciones, en la jaula en donde recibía a sus ocho hermosos tigres de Bengala y les obligaba amablemente a realizar los ejercicios para los que habían sido adiestrados, incluído el de atravesar un aro de fuego. El número de doma de "La Gran Karla" era espectacular por su belleza y armonía de movimientos de los grandes felinos, no por dar una sensación de peligro constante como hacían otros domadores. Karla jugaba con sus tigres, les hablaba dulcemente o humorísticamente, y el público lo oía todo gracias al micrófono inalámbrico que ella llevaba adaptado a su cuerpo. Todo el mundo adoraba a Karla y admiraba su profesionalidad.
Pero había alguien que no la quería. Peor aún: que la odiaba con toda su alma. Ese alguien vivía con la obsesión de hacer desaparecer de la faz de la tierra a la dulce Karla Ambrosseti. Y esa noche decidió llevar a cabo su terrible plan porque se había presentado la ocasión propicia. Estaba recién enterado de que la chica se había quedado sola en la caravana porque sus padres, los ciclistas acrobáticos Sandro y Antonella, se habían desplazado a pegar carteles al pueblo siguiente en donde tenían que actuar. Las pegadas de carteles se hacían mejor por la noche.  El asesino sabía que tardarían en volver.
La oscuridad de la noche envolvía el circo, tan solo le llegaban las luces algo distantes de dos farolas de la calle principal del pueblo. Las luces de las caravanas ya estaban apagadas, todos los circenses dormían. El asesino se acercó hasta la roulotte que ocupaba la ahora solitaria Karla. La muerte rondaba a la jovencísima artista. Veinte años. Toda una vida por delante que alguien le iba a arrebatar dentro de unos pocos minutos.


(Continuará)

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