sábado, 22 de octubre de 2016

El abrazo de la paz.

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A Su Eminencia Reverendísima Juan Antonio Artajo, arzobispo de Guanjanaria, le calculaban los médicos un mes escaso de vida. Ya hacía tiempo que se había rendido al agresivo cáncer que se extendía inexorablemente por su cuerpo. El santo varón había cumplido recientemente los 77 años. Su vida se apagaba. Su alma se preparaba para separarse de la carne vieja y enferma y los frágiles huesos.
Pero, aquella mañana, Su Eminencia Reverendísima sorprendió enormemente a los que velaban por él en esta última y amarga fase de su existencia. El más sorprendido fue el doctor Silverio Cervera, encargado desde la noche anterior de administrarle los analgésicos que contribuían a paliar sus fuertes dolores.
El arzobispo parecía un hombre nuevo, como si se    hubiese obrado un milagro. Se levantó de la cama, se dirigió al aseo, se lavó y se afeitó. Enseguida se corrió la voz por todo el palacio arzobispal de que se había producido un milagro.
— Sí, es un milagro — dijo el arzobispo a todos los congregados en su aposento — pero dentro de unas horas volveré a mi lecho a sufrir y a esperar la llamada de Dios. Hermanos, Él me hablado esta noche, me ha concedido unas horas de salud para que apruebe una asignatura pendiente. Debo dirigirme ahora mismo a la Plaza de San Obdulio.
Todos el miraron asombrados. El padre Agraciano Rondales, su secretario particular, le advirtió temeroso:
— Debo recordarle a Su Eminencia Reverendísima que en la Plaza de san Obdulio se reúnen esta mañana los sodomitas, nuestros peores enemigos.
Ya lo sé, pero van a dejar de ser nuestros enemigos.


Una colorista multitud abarrotaba la Plaza de San Obdulio y calles confluyentes. El Gran Desfile del Orgullo Gay daba comienzo en ese momento. La cabecera del desfile empezó a moverse, pero... ¡Oh, ¿qué significa esto?!
El gran enemigo de los "depravados" se plantó ante el desfile, ¡el arzobispo Artajo en persona! Nadie daba crédito a sus ojos, y mucho menos Facundino Repérez, presidente de la Asociación de Gais, Lesbianas y Transexuales, enemigo declarado del "rey de la intolerancia"
"¡Pero... ¿cómo es posible que se haya atrevido a venir a montarnos la bronca aquí mismo?!"
Se inició un fuerte griterío: "¡Homófobo! ¡Hijo de puta! ¡Cuervo asqueroso! ¡Antigualla! ¡¿Has venido a chuparnos la polla?!..."
Facundido percibió algo especial en el semblante del viejo clérigo. No mostraba su rostro colérico habitual. Sonreía dulcemente. Avanzó hasta situarse frente al líder gai. Cesó el griterío. Todo el mundo se mantuvo expectante. El arzobispo empezó a hablarle al homosexual. Una nube de cámaras y micrófonos se acercó a ellos.
— Perdóname, Facundino. Perdonadme todos, hermanos míos. He estado muy equivocado hasta ahora. Todos somos hijos de Dios, vosotros los gais y nosotros los heteros. Nadie tiene derecho a ofender a quienes piensan distinto a él. ¡Os quiero, os quiero a todos, amigos gais!
Y extendió los brazos pidiéndole un abrazo a su hasta ahora enemigo.
El señor gai, aún confuso, correspondió al abrazo del señor clérigo, un largo abrazo que fue vitoreado por la multitud de gais, lesbianas y transexuales. Comenzaba una nueva era en las relaciones humanas. La homofobia desaparecería totalmente del planeta, al menos esa era la hermosa intención y ya se había dado un primer paso.


Dos semanas más tarde, el arzobispo moría en olor a santidad, y sus solemnes exequias fúnebres fueron seguidas vía satélite por millones de personas de todas las tendencias sexuales. El féretro fue llevado en hombros por tres arzobispos, un sacerdote homosexual, una monja lesbiana y un seminarista transexual.
Descanse en paz.


Dedicado a mi amigo Anxo Badía Aguriño.

6 comentarios:

  1. Me encanta me parece genial y pienso que ese día no está muy lejos pero mientras toca seguir luchando gracias de corazón Iñaki me muero por hacer una obra de teatro contigo. Escribirla e interpretarla

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  2. Me encanta me parece genial y pienso que ese día no está muy lejos pero mientras toca seguir luchando gracias de corazón Iñaki me muero por hacer una obra de teatro contigo. Escribirla e interpretarla

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    Respuestas
    1. Ojalá llegasen ambas cosas. Desde luego, el acercamiento de la Iglesia y los homosexuales podría ser realidad gracias al impulso que le ha dado este papa, lo malo es que el siguiente sea otro inmovilista. ¡Un abrazo!

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  3. Buenas tardes, esta muy bien el relato,felicidades super escritor.

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