sábado, 28 de febrero de 2015

La reconciliación











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Luis no dormía muy bien ultimamente. Le pareció oir que goteaba el grifo de la cocina y se levantó con intención de cerrarlo, pero cuando llegó a la cocina comprobó que el grifo no goteaba.
"Mierda de insomnio, joder!"
Volvió a acostarse y esta vez se acordó de ponerse los tapones en los oídos. Al momento volvió a escuchar el goteo del grifo, ahora más fuerte, a pesar de los tapones.
"No es posible, hostias!"
Regresó a la cocina y volvió a comprobar que el grifo seguía "mudo"
Retornó a la habitación más mosqueado. Aún no le había dado tiempo de taparse con la manta cuando escuchó un golpe en la cocina, un golpe seco contra el suelo, como si algo se hubiese caído. Un pedazo del techo?... Se asustó.
"No puede ser, coño, parece que estoy viviendo un relato de suspense!"
El miedo le impidió volver a levantarse de la cama, pero se armó de valor y, de dos zancadas, llegó a la puerta de la habitación y echó el cerrojo.
"Mañana me enteraré de qué ha pasado"
Cuarenta minutos después, cuando ya estaba cogiendo el sueño, sonó su teléfono móvil, que lo tenía sobre la mesita de noche.
"Vaya, esto si parece real"
En la pantallita se reflejaba el número de su hermana Esther, la que vivía en Barcelona.
- Tengo que darte malas noticias, Luis, papá ha muerto.
Y escuchó llorar a su hermana.
Dejó que transcurriesen unos segundos y dijo:
- Ya lo veíamos venir.
- Sí, pero estas últimas semanas se encontraba muy bien, muy animado.
- Cómo ha sido?
Le he sentido levantarse de la cama y he ido a ver qué le pasaba. Me ha dicho que iba a cerrar el grifo de la cocina porque goteaba. después, estando en la cama, he escuchado un golpe en la cocina. Cuando he llegado, papá estaba tirado en el suelo. - volvió a llorar, Luis esperó - La ambulancia ha venido enseguida, pero no han podido hacer nada.
- Ya le había dado un par de avisos el corazón.
Pero ahora le temblaba la voz. Nunca se había llevado bien con su padre, pero le dolía mucho su muerte, y le aterraba pensar que el goteo del grifo y el golpe que él había escuchado tuviesen alguna relación "sobrenatural" con el fallecimiento. Nunca había creído en esas cosas.


Tiempo después, un experto en cuestiones esotéricas le dijo: "Tu padre esa noche pensaba en ti, quería que os reconciliaseis" Luis lloró al escuchar estas palabras. Y esa misma noche tuvo una experiencia increible. De entre la penumbra de la habitación le llegó la voz inconfundible de su padre:
- Hijo mio, te quiero mucho.
Extrañamente, no sintió miedo, todo lo contrario, se sintió reconfortado, feliz!
- Papá, yo también te quiero.
Este fue el momento de la reconciliación entre padre e hijo.

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