viernes, 28 de junio de 2013

Un sueño hundido



Lucía tiene quince años y es caboverdiana. Cabo Verde es un archipiélago situado frente a las costas de Mauritania y Senegal, en pleno Oceáno Atlántico. No sé si en el Océano Atlántico Norte o el Oceáno Atlántico Sur. Por más que miro en el mapa no llego a ninguna conclusión.
Lucía quiere ser médico para curar a los niños pobres de su aldea. Las familias que carecen de recursos no pueden pagar a un médico y los niños se mueren sin ser atendidos. Una amiguita de Lucía murió porque era muy pobre. Ahora Lucía tiene quince años y ya se considera una mujer, y quiere trabajar en España o en Portugal y pagarse los estudios de médico.

Pero no va a poder ser. La patera en la que viaja Lucía se está hundiendo. El temporal es muy fuerte y no hay un barco que pueda rescatarles. Nadie sabe nadar y, aunque supiesen, no conseguirían salvarse.
Lucía ya es un cuerpo sumergido sin ilusiones, como muchos de los que se tragan esas aguas del Estrecho. No sé si del Mar Mediterráneo o del Océano Atlántico. En este caso sí sería del Océano Atlántico Norte. Lucia es una víctima ya apenas noticiable, un número estadístico más.


3 comentarios:

  1. La gente se suele engañar por sus sueños y a veces son mortales

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  2. Triste relato. Estoy de acuerdo con JV, hay sueños mortales porque la vida es así, mortal. Vida y muerte están unidas sin remedio, la una lleva a la otra inexorablemente, ya sea tarde o temprano.

    Intentarlo es de... ¿valientes? Tal vez.

    Abajo le he dejado unas respuestas. Buen fin de semana.

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  3. Lo intentan quienes se sienten vivos y son los más fuertes del poblado,aquellos en los que confían sus familiares y vecinos porque si triunfan van a poder enviar dinero y abrir el camino a otros.

    Voy para abajo!

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