viernes, 25 de octubre de 2013

Imposible un final feliz.




Una pelea entre bandas callejeras peligrosas alteró la paz ciudadana de aquella mañana de Octubre y puso muy nerviosa a la policía.
Carlos escapó gracias a sus ligeras y largas piernas y al instinto de conservación que siempre le acompañaba.
Entró rápidamente en el portal de un edificio viejo que parecía abandonado y subió por una crujiente escalera de madera. Oyó las sirenas de varios coches patrulleros que pasaron sin detenerse. No le habían visto.
Dio un puntapié a la puerta del primer piso y entró en la vivienda. Se sorprendió, no estaba abandonada, pero era tal su agotamiento que se tumbó en una cama y a los pocos segundos ya estaba dormido.

Estela se llevó la gran sorpresa de su vida: un muchacho joven y hermoso yacía sobre la cama que ella ocupaba en el piso. La chica compartía el cuchitril con varias paisanas, pero estos días se hallaba sola porque sus compañeras habían viajado a una feria muy importante con el top manta.  Ella trabajaba como camarera en una cafeteria de barrio, pues hablaba mejor el español que cualquiera de sus amigas. Su pena era que aún no podia ejercer el oficio que aprendió y ejerció en su tierra: enfermera.
Sin embargo, aquella tarde hizo "sus primeras prácticas" en España, curó las heridas superficiales del muchacho joven y hermoso. Este, aunque se despertó varias veces, volvió a caer en un profundo sueño, pues su agotamiento era enorme. Mezclaba realidad y pesadillas: la policía, los anarquistas, aquella mujer... aquella mujer que estaba curándole.
Estela le susurró palabras cariñosas, como queriendo evitar con su dulzura verbal los sueños que atormentaban al chico. E incluso estuvo tentada de besarle. Oh, era tan hermoso aquel muchacho... no se merecía sufrir!" Pensó que a lo mejor se estaba enamorando, qué locura!, pero el muchacho era tan guapo que no le hubiese importado.

A primeras horas de la noche, Carlos se despertó del todo. Vaya, la mujer del sueño era una realidad. Ella le contó que le había curado las heridas y que no llamó a un medico por no considerarlo necesario, pero que él haría bien en dejarse examinar en un hospital o al menos en un centro de salud.
Lo que ocurrió a continuación le heló la sangre a Estela: El hombre joven y hermoso se dirigió a la puerta con intención de abandonar el domicilio, pero antes miró a la chica con unos ojos que combinaban la locura y el desprecio más absoluto hacia un ser humano.
- No tenías que haberme puesto las manos encima, sucia negra!... Maldita negra de mierda, vuelve a la puta selva de donde viniste!
No contento con sus palabras la propinó un puñetazo que la hizo tambalearse y caer sobre el piso.

Estela era una emigrante nigeriana que trataba de subsistir en España y enviaba regularmente algo de dinero a su humilde familia.
Carlos era un neonazi, el tipo más abominable de fanático que puede existir.

Hay relatos en los que se hace imposible escribir un final feliz y este es uno de ellos. Quizá alargando la historia... quizá dentro de las 200 páginas de una novela... bien pagado por una editorial... podría engañar a los lectores.

10 comentarios:

  1. Una novela no se, pero un guion de cine....

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  2. Si se hace la película y tiene éxito, inmediatamente se hace la novela, dinero llama a dinero y eso lo saben los que manejan estos negocios. Feliz weekend, director!

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  3. Nada nuevo bajo el sol, así, a bote pronto, pero como usted dice, en una novela se puede dar el cambiazo a la historia y que el cabeza cuadrada cambie de parecer. Tampoco sería la primera vez ;D

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  4. Como usted que está consiguiendo hacer reflexionar a un independentista, je, je!... Así es, estas son las buenas tramas del cine y la literatura, aunque también se dan en la realidad.
    Encantado de tenerla por aquí otra vez!

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    Respuestas
    1. El debate con el independentista se ha terminado, amigo mío. Es lo que pasa cuando alguien carece de argumentos. Puso buena voluntad, pero no está informado y ha acabado como todos, mezclando churras con merinas, enojándose por no poder rebatirme.
      El final ha sido triste porque ha demostrado que le parece bien la agresión, aunque se empeñe en negarlo tajantemente, yéndose por los cerros de Úbeda. Vamos, que si repite una y otra vez que los nueve españolistas que estaban en un bar tomando un aperitivo fueron envíados al hospital por 15 o 20 encapuchados "se lo habían buscado", la frase no deja lugar a dudas. Que lo diga una vez puede pasar, pero reafirmarse en ello no.
      Y duda de la información que le pongo bajo la nariz, como si no fuera fácil comprobarlo. No tiene tiempo según él. Vale, pues que se calle, que para opinar se ha de estar informado y si no tiene tiempo, que lo dedique a sus cosas y no meta la pata alegremente.

      Yo también me alegro de volver a estar activa, pero ya veremos lo que dura...

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    2. Así que el "dialogante conciliador" se quitó la piel de oveja y... Pues lo siento por usted, se había buscado un buen "sparring" para sus encendidas dialécticas, ja!
      Sigo cuenta abajo!

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    3. Eso sí, me lo he pasado bien con él desde mayo, seis meses nada menos, lo cual es mucho con personas así, pero de donde no hay no se puede sacar y al final ha perdido los nervios y se ha retirado.
      Me sabe mal, pero las cosas son como son.

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    4. A lo mejor reaparece un día y la da una sorpresa, je, je!

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    5. Espero que no sea para celebrar su víctoria...

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    6. De eso yo estoy convencido que no, a no ser que esta "locura independestista" alcance ya una dimensión delirante.

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