miércoles, 9 de octubre de 2013

Corazón ario



De la prensa: "La policía aún no dispone de ninguna pista que pueda conducir a la identificación de los autores de la muerte del cirujano Sebastián González Torres, ocurrida el pasado viernes 15 en el hospital Virgen del Carmen" "Tres encapuchados irrumpieron en el hospital y, tras dirigirse rapidamente al lugar en el que se hallaba el cirujano, uno de ellos le disparó a bocajarro mientras los otros dos intimidaban con sus pistolas a los agentes de seguridad y a las enfermeras. El asesino y sus complices abandonaron el centro antes de que llegara la policía. El cirujano murió en el acto.


Era un ario, un hombre superior, pertenecía a esa raza de super hombres dispuestos a dominar el mundo, y lo iban a hacer gracias al Cuarto Reich. La Humanidad iba a pagar muy cara la derrota de Hitler. Toda la escoria humana del planeta moriría en las cámaras de gas: judios, negros, comunistas, católicos, protestantes, homosexuales, discapacitados, ladrones...
Pero el super hombre también tenía un cuerpo humano y este empezaba a fallar. El corazón del ario estaba muy cansado, ya había dado señales de alarma, urgía imperiosamente un trasplante.


- Quiero hablar con el cirujano González Torres.
- Ahora no puede ser, caballero, dentro de quince minutos entra en el quirófano. Eh, oiga, a dónde va?!
- Apártate, basura!
El cirujano reconoció enseguida a aquel hombre que se acercaba hacia él con la mirada inyectada de odio. "Dios mio, es el hombre al que le he trasplantado el corazón hace poco tiempo!"
Habló el neonazi:
- Ustedes no quisieron revelarme la identidad del donante, pero yo lo he sabido sobornando a gente del hospital. Me han trasplantado el corazón de un negro!
- Oiga, deje de gritar que esto es un hospital, qué le pasa a usted?
- Quiero que me saque el corazón del puto negrata y me ponga el de un blanco, el de un ario!
- Pero, oiga, está usted delirando!... Haga el favor de abandonar el hospital antes de que llame a la policía!
- Va saber de mi dentro de poco, se lo juro!


No sirvieron de nada los agentes de seguridad contratados. La venganza del super hombre llegó muy pronto, y aquel hombre que salvaba vidas murió asesinado por el hombre superior con el corazón de un hombre inferior.
Poco tiempo después, un cirujano adicto a la ideología nazi aceptó el encargo del super hombre. El nuevo donante era un hombre blanco al que le robaron el corazón dejándole morir. Pero el trasplante fue un fracaso y el super hombre se quedó sin conocer al Cuarto Reich. Qué lástima.

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