sábado, 8 de noviembre de 2014

Un hombre excepcional









- Oiga, qué hace usted aquí?
- Pues ya lo ve, me voy a tirar por el precipicio. He decidido poner punto final a mi amarga existencia.
- Ya, suena muy bonito eso, como a suicidio romántico y tal, pero se da la circunstancia de que esta finca es mia y usted no debería haber entrado. Así que ya se está marchando, se busca otro precipicio para tirarse.
- Le molesta a usted mucho que me arroje al vacío?
- Pues sí, porque todo no es vacío. Allí abajo hay una tierra muy dura y yo no tengo porque aguantar que usted se haga una tortilla en mis dominios. Oiga, qué va a hacer?!... Oiga!... Oiga!... Joder, los hay cabezones!... No quiero mirar!... No quiero mirar!
- Mire, mire, estoy aquí!
- Anda la hostia, si está volando!
- Sí, señor, como Superman. Perdone, es que le he gastado una broma, yo tengo la facultad de volar.
- Ya, ya lo veo. Y en dónde ha aprendido usted a volar?
- No, esto no se aprende, se nace con ello. Disculpe, me tengo que ir ya, he quedado con mi novia en Almeria y ya voy tarde.
- Buen viaje!
- Gracias! Para el Sur voy bien por ahí, no?
- Sí, señor, no tiene pérdida. Vaya hasta aquellas montañas, luego tuerza un pelín a la derecha, y ya todo seguido, por donde van los aviones.

2 comentarios:

  1. ¿?
    ¿Ande coño está la novia de Almería?

    Desde luego, los blogs están acabados. Yo perdiendo el tiempo creando y ayudando a usarlos y nada.
    Puta vida de enanos mentales.

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  2. Jejeje!... Tranquilícese, Doña Leona, ya sabe usted cómo es el personal, aunque no soy yo el más adecuado para dar consejos de este tipo. Voy ahora a responder a su comejntario de arriba.

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