viernes, 17 de abril de 2015
Creencias
El pastor David Jackson y su superior y amigo, el obispo Rudolph Campbell, paseaban por el jardín de la residencia del segundo. El asunto más importante del que podían ocuparse no tardó en surgir. Preguntó el pastor:
- Qué opina sobre la decisión de ese político... del llamado Abraham Lincoln?
- Pues... dicen que es un hombre muy capacitado para gobernar, pero de ideas progresistas.
- A eso me refería, a lo de la abolición de la esclavitud. Dice que si llega a presidente liberará a los negros. Sería posible que los esclavos adquiriesen el estatus de seres humanos?... No me imagino que pudiésemos convivir de igual a igual con animales.
- Querido David, el hecho de que en la Iglesia consideremos a los africanos animales es porque nos negamos a creer que tengan alma. No es cosa de Dios.
- Perdón?... No le sigo, obispo Campbell.
- Muy sencillo, pastor. "Todo lo que ateis en la Tierra, será atado en el Cielo" La Iglesia debe complacer a los que nos gobiernan, y si estos deciden que los negros son humanos, la Iglesia les dará un alma a cada uno. Así de fácil.
No, no lo era, imposible!... Para el joven pastor David Jackson, el obispo Campbell estaba chocheando.
El obispo sonrió paternalmente al ver la perplejidad dibujada en el rostro de su joven amigo.
- Las creencias son cosas de los hombres, David. Si las ideas del emprendedor Lincoln triunfan, nos acostumbraremos a tratar a los negros como a iguales. "Creeremos" que tienen alma.
El pastor se quedó con la boca abierta y el obispo soltó una muy sonora carcajada.
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No es lo mismo ser negro o blanco? pues vaya¡¡¡
ResponderEliminarEs lo mismo, salvo para los racistas.
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