La Guardia Civil recogió la denuncia de los gitanos a regañadientes. En caso de que hubiese sucedido algo, estaba claro de que se trataba de una provocación de los propios gitanos, y la "putilla" aquella estaría ya más que pasada por la piedra, pensaban todos.
Les aconsejaron que se largasen del pueblo para evitar más jaleos, y que si encontraban a los culpables, ya les avisarían para el juicio. Una farsa porque los gitanos no disponían de ninguna dirección para que les localizasen.
- No se preocupen por eso, nosotros les encontramos. - dijo el hombre del tricornio - La Guardia Civil sabe en dónde para todo el mundo, je, je, je!
La madre de Aranka se negó a que su hija fuese examinada por un médico para que ningún otro payo la metiese mano. Aquella gente, tan machacada por la vida, ya no se fiaba de nadie. Un curandero gitano atendió a la niña.
Aranka archivó en su mente las identidades y rostros de sus cinco violadores, no le fue difícil. El "jefe" no era otro que el dueño de aquella siniestra fábrica de pescado, el que había despedido a sus padres y a sus tíos. Era el "jefe" y era "Don Dámaso", como les oyó decir a los otros hombres. Y él se dirigió en todo momento a ellos por los nombres de Joaquinillo, Rogelio, Sebastián y Nicolás. Al tal Nicolás también le llamó "Nico" o "Ventura", lo cual la hizo pensar que se trataba de un apodo o un apellido. El Joaquinillo echaba babas y tenía mirada como de loco. La cara del último agresor no la olvidaría nunca, la del tal Sebastián, porque fue el que más se recreó ( Sebastián se había masturbado antes, mientras los demás lo hacían ) y por su expresión de pavor cuando le dijo "sois muy malos, lo pagareis" A lo mejor había pensado hasta ese momento que a ella le gustaba lo que estaban haciendo. Podían ser tan inhumanos?!... La maldad máxima la vio reflejada en la mirada del "jefe", otra mirada imposible de olvidar.
Tras desaparecer los bárbaros se apoyó contra el tronco de un árbol y allí permaneció acurrucada durante mucho tiempo, aunque para ella el reloj no corría, y sólo pensaba en morirse. Pero una idea "fantástica" empezó a fraguarse en su mente: "No, no voy a morir, voy a vengarme de todos ellos!... Sí, los destruiré!... Ahora sólo soy una niña, pero algún día podré hacerlo"
La luz de una linterna y la voz de su padre interumpieron sus sueños de venganza.
- Aranka, hija mia, pero qué haces ahí sentada?!... Estamos todos preocupadísmos, hija. Qué te ha pasado?
Y ella rompió a llorar amargamente.
Comandancia de la Guardia Civil de Lobodoiro.
Se dirigió el teniente Madero a Renata Otolina como si la conociese de toda la vida. Le habló con suma educación porque lo cortés no quita lo valiente. Podía conducir el interrogatorio con toda su profesionalidad y no por ello apartar la fascinación que sentía por la personalidad de esta mujer.
Asistían al interrogatorio sus subordinados García y Jiménez, así como el cabo Modesto, este en representación de los vecinos y familiares de los asesinados, todos ellos de Valdurriales a excepción de Angeles Gutiérrez. Otro personaje completaba el cuadro: Don Marcos Bermúdez, abogado de la detenida.
Por las calles de Lobodoiro pululaban los habituales "hambrientos de exclusivas", ese enjambre de paparazzis que no dejan en paz a nadie porque la mayoría de ellos son "freelance" y algo tienen que vender para ganarse el cocido, y la breve rueda de prensa de Madero en Barajas no satisfizo a nadie. ( Y menos al ministro ) De hecho ya habían conseguido alguna "mini exclusiva" por razón de entrevistar a familiares o vecinos de las víctimas. ( Y Don Bernardo acaparaba toda la atención de las redes sociales por su "violación del secreto de confesión"Algunos periodistas intentaron tirar de la lengua a Rouco Varela sin ningún éxito )
- El interrogatorio va a ser muy largo porque se le acusa de cuatro asesinatos, los tres hombres de Valdurriales - Joaquín Ruiz, Rogelio Briales y Nicolás Ventura - y la mexicana Angeles Gutiérrez, asi como dos atentados fallidos contra Dámaso Sanfelices, la profanación del panteón mortuorio de la familia Sanfelices y la posible implicación en el suicidio de Sebastián Arteta. Se declara culpable o inocente, señora Otolina?
- Por qué no la culpa también de la muerte de Manolete y del atentado contra las Torres Gemelas?! - exclamó alzando los brazos el abogado Bermúdez - Mire usted, los atentados fallidos contra ese señor ya han prescrito porque sucedieron en el año de maricastaña, y mi defendida no tuvo nada que ver. En realidad no ha tenido nada que ver con ninguno de los asesinatos que usted le atribuye.
- Yo no se los atribuyo, señor mio! - grito más alto el teniente - Se trata de una acusación formal basada en unas pruebas. Será el juez quien determine...
- E incluso se atreve acusarla de un suicidio!... Por Dios, esto ya me parece un desatino!... Oiga usted, mi defendida se declara inocente y no responderá a ninguna de sus preguntas.
- Me declaro culpable. Ya te dije que no vinieses, querido. Soy absolutamente culpable y deseo descargar mi conciencia. Adelante, inspector.
( Continuará )
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