martes, 18 de febrero de 2014
Uno a uno y sin prisas ( XXIX )
El audi negro en el que viajaban los detectives Madero y Jiménez, alcanzó pronto los 160 kms/h , como si estuviese persiguiendo a los malos. De cualquier forma, para ellos ya había comenzado la persecución, aunque aún no tuviesen perfilado a un asesino o asesinos.
- Vaya aminorando la velocidad, Jiménez, que nos vamos a saltar la salida a Valdurriales.
Mar y montaña flanqueaban la serpiente de asfalto. Envidiables paisajes norteños, los más hermosos de toda la geografía española.
Lo que menos se esperaba el inspector Madero era volver a hablar con el agente especial Morris tan pronto.
- Me permite practicar con usted un poco el español, colega?
- Sí, pero brevemente, estamos llegando al pueblo maldito, se ha cometido otro asesinato.
- Vaya, entonces tenemos más de un asesino, la cosa está tomando un cariz malo. Bien, pues yo le llamo para decirle que nos han pasado una información importante: Nelson Caldera se vio en sus últimos días con una mujer en Veracruz, una ciudad turística del Golfo de México - "Veracruz"... A Jiménez le trajo a la memoria al momento la película famosa: Sara Montiel, Burt Lancaster, Gary Cooper... - Estamos tratando de localizarla, quizá ella pueda hablarnos de las actividades de Nelson Caldera o "Nicolás Maduro" ahora que está muerto.
- Ojalá tengan más suerte que nosotros, Morris. Aquí, de momento, sólo estamos dando palos de ciego.
Jiménez ya conducía por la carretera que les llevaba al "pueblo maldito" Observó por el retrovisor el coche que avanzaba tras ellos. "Vaya, el cabrón de Alfonso Paz!"
El reportero intrigante tenía su "enano infiltrado" en Valdurriales, el cual le había puesto al corriente del último asesinato antes de que el cabo Modesto llamase al inspector Madero.
( Continuará )
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Hola, Leona!
ResponderEliminarEn el episodio 27 cometí un error en un comentario quehice y acabo de rectificar.