viernes, 17 de enero de 2014
Uno a uno y sin prisas ( VII )
Este episodio se lo dedico a mi buena amiga y lectora Enriqueta Jiménez Herrera, que me lee todos los días desde Facebook. Besos!
Temía Rogelio Briales por su vida? Se había mostrado burlón y altanero cuando el cabo le contó lo que había propagado aquella idiota de Grecia Salazar, pero esa noche se encerró en su casa como si la muerte acechase a pocos pasos, como si ya casi sintiese su aliento en la nuca. Y ahora, al enterarse de la mala nueva, se le pusieron en punta los pocos pelos que le quedaban en el cogote.
"Sois muy malos, lo pagareis"
- Se conoce la identidad del muerto?
- Sí, mi cabo, es Joaquín Ruiz.
- Jodeeer...!!
El guardia Serafín vio como su superior empalidecía subítamente.
- Pero... es imposible!, pero... qué ha hecho ese alma cándida para que le asesinen?!
Efectivamente, el "Joaquinillo", diminutivo por el que todos le conocían, era un simplón, un pobre infeliz incapaz de hacer daño a una mosca. Qué tipo de monstruo podía ser aquel que se cebaba a cuchilladas con un coitado como Joaquinillo?
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