lunes, 6 de enero de 2014
La más divertida cabalgata de Reyes Magos de todos los tiempos ( III )
( Viene del episodio anterior )
- Llama a Eulogio.
- Y qué coño va a hacer Eulogio?
- Algo se le ocurrirá, diantre!
Eulogio era el viejo cabo de la policía municipal, un tipo gruñón y fachorro que solo deseaba llegar a la jubilación sin más problemas de orden publico, pero, por culpa de la avalancha de emigrantes y sus peleas nocturnas, tal deseo no llevaba camino de cumplirse.
El resto de los concejales habían llevado a sus hijos a ver la cabalgata de Murcia capital, que era mucho más vistosa, salían los camellos de un circo, las peñas de moros y cristianos, unas majorettes de Barcelona... y se lanzaban muchos más caramelos que en Verdiales.
- Bueno, pues vosotros sois los que estais en el ajo, no? Vale, pues yo os hago responsables de todo. Quiero que salga la cabalgata echando hostias, entendeis? Os buscais la vida, tíos, como en la mili. Yo tengo que ocuparme del orden publico, que ya es suficiente.
Y les dejó con un palmo de narices. Eulogio había pensado muy acertadamente que ninguno de los catetos que él conocía le iban a resolver la papeleta, y mucho menos los señoritingos. Los unos eran demasiado brutos y los otros no sabían montar a caballo. Además, quién era él para obligar a nadie a meterse en aquel teatrillo?
Los responsables de desfacer el entuerto se miraron boquiabiertos. Unos eran los pajes de la comitiva real y los otros los barrenderos que iban detrás de la cabalgata limpiando las bostas de los caballos: marroquís, argelinos, guineanos, senegaleses, angoleños...
- Quién sabe montar a caballo, tíos? - preguntó el morito Ahmed con su major sonrisa.
En el próximo episodio asistiremos al desenlace de esta trepidante zurbahistorieta. Disfrútenla, querida concurrencia!
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Montar a caballo... montar a caballo... Pues mire usted, no hace falta saber, que normalmente, las cavallerías destinadas a desfiles van solas. Esas bestias son mucho más inteligentes que los que llevan a lomos, se lo aseguro.
ResponderEliminarPor cierto, en esa cabalgata no estuve, que cuando fui a Murcia fue por las fFestas de Primavera. En Reyes estuve en Barcelona, en un pueblo, y corriendo riesgo mortal, que mi unidad -capitaneada por mí-, iba detrás de unas carrozas y cuando empezaron a subir una cuesta, me advirtieron de que nos quedásemos quietecitas hasta nuevo aviso, por miedo a que alguno de los cacharros se viniése para abajo. Mientras cumplía la orden y veía avanzar las carrozas cuesta arriba, pensaba que menuda indicación imbécil, ya que si caían nos iban a pillar igual al estar justo debajo, o a ver si esos pensaban que levantando mi vara cual Moisés en el Mar Rojo, podía detener los carros. Hay gente que se cree muy inteligente pero va a ser que no.
Cierto, son fáciles de llevar los caballos acostumbrados a desfilar, muy nobles, muy mansos, lo mismo que aquellos que se emplean para pasear turistas o como terapia para niños autistas.
ResponderEliminarPues me imagino a todas las majorettes acongojaditas, je, je!, simpatico anéctota, al ir a un pueblo de esos hay que estar preparado para cualquier cosa.