domingo, 24 de agosto de 2014
Zurbahistorieta para el Concurso de relatos veraniegos de El Periódico del Prat.
( Isla de Barbados en la actualidad )
Eran otros tiempos, aquello era otra cosa.
Era un verano más, un hermoso verano en una tierra en donde siempre era verano. Qué pena que los mosquitos y los huracanes soliesen deslucirlo, unos todos los días y los otros de vez en cuando.
Elizabeth y Diana se dirigieron a la playa sin ninguna prisa, con todo el tiempo del mundo para admirar la Naturaleza y la excusa tonta de buscar caracolas.
- Qué será del pobre Akin?
- Vete tú a saber. - Repuso Elizabeth.
- Me da pena cada vez que pienso en ello. A ti no te da pena?
- Ha cometido una equivocación. La familia Dunmore le trataba muy bien, con ninguna otra familia hubiese estado mejor.
Nada más pisar la arena de la playa, Diana se llevó una gran sorpresa porque Elizabeth empezó a desnudarse.
- Qué estás hacienda, chica?!
- Voy a bañarme.
Siguió escandalizada, pero no quiso decir más. Aunque eran amigas porque se habían criado juntas, Diana nunca olvidaba que Elizabeth era su ama.
La "intrépida" Elizabeth se adentró en las aguas claras de aquella playita cercada por arrecifes de coral y custodiada por altas palmeras. Nadó durante un rato y luego se sumergió. Aguantó la respiración para observar el mundo submarino. Una formación de peces de muchos colores se detuvo dos segundos a mirarla, e inmediatamente reemprendieron su viaje como autómatas. Una tortuga del tamaño de un pellejo de vino pasó nadando parsimoniosamente muy cerca de ella.
Emergió y se dirigió a la playa en donde la esperaba la servicial Diana. Se quedó un rato desnuda sobre la arena para que el sol hiciese el trabajo de secarla, pero enseguida buscaron ambas la protección de una frondosa palmera.
- Bañarse en las aguas de la playa es un gran placer, Diana, deberías probar.
- Me da vergüenza, je, je!
- Aquí no nos ve nadie. Sabes?, algún día la gente descubrirá lo placentero que es un baño de mar, y las playas se llenarán de hombres y mujeres.
- Pero qué locura es esa, Elizabeth, ja, ja, ja!
No podia entenderlo porque eran otros tiempos, aquello era otra cosa. Aquello era Barbados, una gran isla de Las Antillas, y estaban a la mitad del siglo XVII.
El negro Akin había observado muy excitado a Elizabeth mientras esta se bañaba desnuda. Era la primera vez que veía a una mujer blanca completamente desnuda, y se cuidó mucho de que ella no le viese a él, la observó desde detrás de una roca casi cubierta por las aguas. El también se había bañado, igual que lo hacía en los lagos de su Nigeria natal, allá en la remota y añorada Africa, antes de que le raptasen los negreros.
Esa noche la mulata Diana no pudo evitar una sonrisa mientras se dormía, al recordar las palabras de Elizabeth: "Algún día la gente descubrirá lo placentero que es un baño de mar y las playas se llenarán de hombres y mujeres"; "Decididamente, Elizabeth está cada día más loca", pensó, "si todos los hombres y mujeres fuesen a la playa, quién se iba a ocupar de vigilar a los negros para que cumplan con su trabajo de cortar la caña de azúcar?"
En esos mismos momentos y a menos de una milla de distancia, el capitán de la hacienda Dunmore y sus hombres capturaban al negro Akin. Le había delatado el pequeño fuego que hizo para asar un pescado. A la mañana siguiente fue sometido al castigo que les estaba reservado a los que se fugaban: 100 latigazos. Naturalmente, no los resistió, murió antes de que el verdugo llegase a tan terrible cifra, y de inmediato fue arrojado a una fosa.
Akin se fue al mundo de los dioses, en donde se reuniría con sus padres y hermanos, los cuales no pudieron aguantar la horrible travesía del océano en el barco negrero holandés, siendo arrojados sus cadáveres por la borda.
Eran otros tiempos, aquello era otra cosa.
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Holandes, holandes...no sería catalán
ResponderEliminarEn aquel tiempos, los negreros que abastecían a los terratenientes de Barbados eran holandeses. Buen día, Don Jesús!
ResponderEliminar¡Cachís! otro relato triste.
ResponderEliminarBueno, saquemos la moraleja de Elizabeth porque no estaba tan loca como creía Diana, je je je...
Jesús, deja de obsesionarte con los catalanes, coño, que negreros los hubo de todas partes.
(Vaya abajo, tiene comentarios)
No le respendo en el post siguiente porque ese es sólo para contabilizar los lectores que se preocupan porque siga el culebrón. De sus comentarios sólo cuenta uno porque han de ser uno por lector. Asi que de momento están el suyo y de Jesús, dos.
ResponderEliminarRespecto al relato de aquí, pues decir que la vida les era muy trágica a aquella pobre gente. Lo de la esclavitud fue algo horroroso, aunque la clase dominante lo veía normal y la Iglesia lo apoyaba basándose en que los negros estaban más cerca de los animales que de las personas y por lo tanto carecían de alma. Me he inspirado en uno de las últimas novelas que he leído¨: "Las islas de Barlovento". Inspirado, no copiado, eh, je, je!
Otra cosa, lo que más se ha visto ( 7 veces ) es una zurbahistorieta, pero en el post en el que pido una palabra o una frase de ánimo se ha visto... 18 veces! Ninguno puede acercarse y decir algo?... Qué son: hijos de puta o abúlicos?
ResponderEliminarNo sabría decirle. Creo que no les apetece mucho leer, de ahí no seguir el desarrollo de las novelas, pero sí leer un único relato sabateril. Y por supuesto, una petición suya despierta interés.
EliminarYa vió cómo se puso nuestra amiga de la Mar cuando, para provocar una reacción, dije que hay poca cultura. ¡Uf! menos mal que es amiga, que si no...
Por otra parte, creo que las instrucciones que le di a Enri para comentar aquí eran bastante sencillas y claras, usted las entiende enseguida, pero en fin...
No pida peras al olmo, amigo, no conseguirá comentarios por más que los llame de todo. Su vida (la de ellos) transcurre en las redes sociales; intervenir en un blog les supone demasiado esfuerzo porque han decidido dedicarse a lo más fácil y sencillo: interactuar con los amigos del "álbum de cromos" diariamente, a cualquier hora que tengan libre. Meras charletas de vecinos en el patio de luces, de ventana a ventana...
Supongo que se molestarán conmigo -a usted se lo permiten todo-, pero me da igual porque es así y si les pica, que se rasquen.
Tiene respuestas en los episodios 50, 'En los extremos del mundo', 49 y 48.
ResponderEliminarLuego eliminaré el mío de arriba para que consten sólo dos, dado que he repetido y como usted ya lo ha visto, no es necesario.
Es que ahora estoy publicando en el concurso, ya tiene el suyo mencionado arriba, ahora voy a poner el de nuestro amigo luispi, luego el de usted último y... hay otro, pero... no sé, es de alguien desconocido y tiene un detalle muy sospechoso.
Veamos, lo han dejado como comentario -no le he dado paso-, pero es que el relato contiene enlace en unas palabras que no dan pie a ello y temo un virus o troyano.
Ya sabe quién está histérica por meterse en nuestros asuntos, conque lo voy a ignorar. No quiero arriesgarme y si esa usuaria es inocente, pues mire, que haga las cosas bien, no de manera tan sospechosa.