miércoles, 24 de diciembre de 2014

La cena de Noche Buena fue muy especial









No hubo postre, ni café, ni coñac. No hubo turrones ni polvorones. Pero la cena fue abundante. Sin vino, sin whisky, sin champán, pero gozaron de una abundantísima y muy nutritiva cena.  
La cena de Noche Buena durante la tregua navideña fue una cena triste.
Los hombres no sonreían, sólo satisfacieron su hambre... como animales. La verdad es que nunca hemos dejado de ser animales.

El sargento Ramírez sacó la pistola de su cartuchera y les miró amenazador.
- Vale ya de caras tristes, cojones!... Sois hombres o mariconas!... Ayer estabais muertos de hambre y hoy habeis comido, qué más quereis?!... "Noche de Paz, Noche de Amor", eso es lo acordado, no?, pues venga, os quiero oír cantar, y alto, bien alto, que se os oiga! Venga ya, ya mismo, o me cargo a alguien a tiros!
Y los hombres de "estómagos agradecidos al enemigo" cantaron a regañadientes, pero cantaron.
"Nooooche de Paaaaz...!
Nooooche de Amoooor...!"

No era la canción más adecuada para hacer la digestión de la carne que acababan de comer: los cuerpos asados de tres soldados enemigos abatidos el día anterior, pero sí era una canción muy hermosa, quizá la más hermosa de todas.

2 comentarios:

  1. Desde luego, por un relato bonito humanamente hablando, nos cuela usted 20 o 30 de mucho cuidado, ainsssssssssss...

    Ya, ya sé que me lo advirtió en 'La nariz de Tommy'.

    ¡Feliz Nochebuena!

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  2. Bueno, esto también es un hecho humano, y más frecuente de lo que la gente se imagina, sin descartar que en nuestros orígenes fuimos caníbales.
    Espero no haberle amrgado la cena, jeje!

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