sábado, 18 de octubre de 2014
Otra zurbahistorieta
"Hasta que la muerte os separe!"
Fue una de esas bodas estrambóticas para las que siempre hay adeptos. Unos se casan dentro del agua porque son submarinistas, otros en un trapecio porque son trapecistas, etc.
Norberto y Natividad, N&N, eran "paracas", se habían conocido en el club "Amigos del Salto" El padre Teodoro también era saltador y socio del mismo club.
Los tres se subieron al avioncillo como quien entra en la iglesia, muy emocionados, pero no por el salto que iban a dar, que ya llevaban un montón de saltos realizados, sino por la importante ceremonia en la que iban a unirse sus vidas y sus almas ante el Sumo Hacedor, Dios de los Cielos y de la Tierra y tal y cual.
Y el avioncillo subió al cielo hasta los tres mil metros. Saltaron los tres y un cuarto paracaidista, Honorio, el principal testigo de la boda, pues les iba a grabar en video mientras caían y se casaban. Sólo se quedó a bordo el piloto, como supondrán mis sagaces lectores.
La ceremonia fue breve, no podía ser de otra manera porque bajaban en caída libre a un montón de metros por segundo. Se agarraron fuertemente los tres y el cura preguntó a la pareja si se aceptaban y tal y cual. También dijo lo de "hasta que la muerte os separe" Y terminó con el consabido "yo os declaro marido y mujer", añadiendo a continuación: "y vamos a abrir los paracaídas ya, que estamos muy cerca del suelo"
Todos abrieron sus paracaídas cuando quedaban unos trescientos metros para tierra firme. Abajo esperaban los invitados al banquete. Todos abrieron sus paracaídas menos Norberto. A Norberto no se le abrió el principal ni el de emergencia. El hostión que se pegó fue espectacular. Algunos invitados lo grabaron y después circuló con mucho éxito por las redes sociales.
"Jeje, hasta que la muerte os separe", sonrío para sus adentros el despechado ex novio de Nati, Ciriaco, un bicho resentido que veía así cumplido su criminal deseo: "Si no eres mia, no eres de ninguno"
Pero gracias a la fructífera investigación de dos detectives de la Policía Nacional, la capitana Teresa Capitán y la teniente Enriqueta Jiménez Herrera, Ciriaco Malatesta fue detenido, juzgado y condenado por su horrible asesinato.
La infeliz Natividad pasó de feliz casada a desgraciadísima viuda en cosa de dos minutos. Fue una boda cómica con final trágico.
Moraleja: Examinen sus paracaídas antes de saltar"
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¡Jo, a usted sólo se le ocurren desgracias! Menos mal que las detectives descubren al malvado.
ResponderEliminar(Ya he arreglado el estropicio. Sí, debió ser cosa de la Factoría Cervantes porque no me ha dado ningún problema)
¡Buen finde!
Si, he sospechado que seria cosa de ese ciber porque otra vez me hizo algo parecido. Lo tengo que dejar ya, nos vemos el lunes. Muchisimas gracias!
ResponderEliminarDesde luego, es que estas criaturas no podían a verse casado en tierra firme¡¡.
ResponderEliminarPues ya ve usted, les hacia ilusión celebrar una boda "de altura", jeje!
ResponderEliminarMenuda ilusión, menuda jelipollez.
ResponderEliminarNo es una "jelipollez", Doña Enri, a muchas personas les gusta casarse de una manera original.
ResponderEliminarNo hace falta casarte para ser original, quererse ya es suficiente, y desde un paracaidas.
ResponderEliminarLe aconsejo que tire la toalla, Iñaki. Me posiciono con Enriqueta tajantemente. ¡Dos contra uno!
ResponderEliminarVale, me rindo!
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