martes, 15 de julio de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 31 )







Poca tele para José Luís.

Jiménez y Garcia cuchicheaban entre ellos en otra dependencia mientras el teniente escuchaba la primicia de voz del guardia Estébanez en su despacho.
- Sus padres debían ser unos sicópatas, mira que ponerle Telesforo de nombre, hay que joderse! - sentenció el tiquismiquis García.
- Antiguamente se ponían nombres muy raros, o el nombre del padre o del abuelo.
- Joder, antiguamente, Jiménez, si tiene nuestra edad! Hemos nacido todos mucho después de la muerte de Franco.
- Y ese quién era?, ja, ja, ja, ja!

Retrocedamos unos minutos:
- Da su permiso, mi teniente?
- Pase y desembuche, Telesforo.
- Ya tengo el programa de television que buscábamos.
- Caray, esto sí que es una sorpresa!, y que no me oiga el comandante porque va a pensarse que conseguimos las cosas de churro. Dígame usted.
- En aquella época solo había un programa de "objetivo indiscreto" que emitía para toda España. "Tepillaó pringao!" se titulaba, y la productora era "Fantastic Media" Había otros programas parecidos, pero se hacían en las televisiones locales y autonómicas. Pues bien, he conseguido hablar con una secretaria de producción muy amable que trabajó en ese programa: "Charito Coscojuela" Ella recordaba perfectamente todas las bromas, las cerca de setenta que se hicieron mientras duró el programa. Y, en efecto, José Luis Campillo trabajó con ellos, pero solo en cuatro bromas, estuvo una semana aproximadamente.
El rostro del teniente se nubló de pronto. A la buena noticia de que José Luis Campillo estuvo en la tele haciendo bromas de cámara oculta, se unía ahora la decepcionante novedad de que solo duró en ese trabajo una semana.
- No era buen actor, según Charito Coscojuela, - añadió Estébanez - solo les sirvió para cuatro bromas.
- Un momento, Estébanez, estoy pensando.
Había elaborado una hipótesis según la cual José Luis era asesinado por la "victima" de alguna de las bromas en venganza tras la humillación sufrida, el cachondeo de sus compañeros de trabajo, etc. Una hipótesis, no obstante, endeble, pues se suponía que los "afectados" debían dar su consentimiento para la emision de su "humillación". Ahora, sin embargo, el panorama se volvía más desesperanzador.
- Tres semanas en el bar y una semana con los de la tele, aún nos quedan tres meses enteros sin saber nada de las andanzas en Madrid de José Luis Campillo. Cómo lo ve, Estébanez?
- Crudo, mi teniente.
- Buena respuesta. Yo diría que es casi como volver al principio, a no ser que en esa productora de televisión... a lo mejor nos toca el Gordo, Estébanez, je. je, je!
Asomó por la puerta entreabierta del despacho el cabo Jiménez.
- Mi teniente, hay una información importante sobre los últimos días de Joselïn.
- Perfecto, de caso en caso y tiro porque me toca.
- "No rima", pensó Jiménez.

( Continuará )

2 comentarios:

  1. ¡Buenos días!

    A ver si hoy tengo más suerte con el robot este de las narices. La verdad es que fastidia mucho perder un comentario largo y te deja sin ganas de repetirlo.

    Vaya con José Luis, sólo duró una semana en la tele. No debía servir para mucho, no.
    Quien sabe si la hipótesis del teniente no va desencaminada, recordemos cierto programa que no se emitió por deseo expreso del embromado y sin embargo, años después éste encontró al actor y se montó una peli cambiando los hechos y dando un montón de datos que el actor negaba rotundamente. Parecía que le iba la vida en ello cuando nadie sabía quién era ni le había visto. Hay gente para todo.

    Voy arriba.

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  2. Je, je!... Eso me suena. Perfecto, enhorabuena, ha salido su comentario!... Le ha tocado el premio de la rifa, ja, ja!
    Feliz mañanita de jueves, inverosimilmente soleada por estos lares.

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