En el despacho del teniente Maximino Madero.
- Se trata de una persona intrépida, ha evitado el correo electrónico y el teléfono para arriesgarse menos o para mostrarnos que puede ser muy audaz? - cabiló el teniente.
En la grabación de la cámara exterior de la comandancia, lo que más se veía era la enorme circunferencia de una sombrilla, y bajo ella unos pantalones muy anchos. Quien portaba aquella sombrilla sabía muy bien en dónde estaba la cámara, pues en todo momento, tanto al acercarse al buzón como al alejarse, procuró que el redondo círculo de motivos florales le tapase casi entero. Por otra parte, a nadie le extrañaba que los veraneantes se cubriesen con sombrillas, a pesar de que el sol norteño no es muy fustigador que se diga, pues una tienda de chinos las había puesto de moda al módico precio de "dos por tres euros"Los pantalones muy anchos hacían dudar sobre si se trataba de un hombre o de una mujer, aunque la mayoría de los guardias que estaban visionando el video opinaban que era una mujer.
- Mi teniente, preguntaré a los dueños de los comercios de ahí abajo si han...
- No pierda el tiempo, Jiménez, le dirán que han visto a más de una persona con sombrilla, y si se da la casualidad de que alguien ha visto a nuestro personaje acercándose al buzón... ejem, no va usted al cine, Jiménez?, no lee novelas policiacas?
- Eh, pues...
- Si le dicen que han visto a una mujer con el pelo negro, será una rubia con un pelucón. o puede que sea un hombre disfrazado de mujer o un hombre con barba y peluca postiza, como "El Solitario" Y si por casualidad diésemos con él, seguro que se trata de un infeliz que no conoce a la persona que le ha entregado el sobre. De todas formas, dese usted una vuelta por el hotel Faviobriga y pregúnteles a los botones si han visto salir a algún actor disfrazado. Suelen ser chicos muy observadores. Que no sea por no intentarlo.
- Se supone que toda la troupe del festival ya ha abandonado Lobodoiro.
- Se supone, pero puede haber rezagados. Bien, vayamos con la rueda de prensa.
Sonó el móvil del inspector. Oh, era ella!
- Disculpe, Jiménez, vaya haciéndome de telonero con los periodistas, que ahora voy.
Fue alejándose de los guardias hasta llegar a los aseos.
- Sí?
- Hola, Maximino, te echo mucho de menos.
- Ejem... y yo a ti.
- Lo tienes ahora difícil para hablar?
- Digamos que sí, estoy... en mi trabajo.
- Vaya!
- Me esperan unos cuantos paparazzis hambrientos de novedades.
- Ja, ja ja!
- Oye, esto está un poco aburrido desde que os habeis ido los peliculeros.
- Desde que me he ido yo dirás, no?
Esto último lo dejó caer con una voz melosilla.
- Eh... por supuestísimo, je, je!
- Te llamaré cuando vuelva a España. Posiblemente en Septiembre rodemos en Barcelona. Maximino...
- Sí?
- Te deseo que se te de todo muy bien y que consigas frenar a esa mano asesina.
- Te juro que es lo más importante de mi vida en este momento.
- Ummmm... además de mi, no?
- Eh... je, je, claro, claro.
Acababa de entrar un guardia en el aseo y se sintió muy cortado.
Muy lejos estaba de imaginar la sugestiva Celia que la "mano asesina" rondaba muy cerca de ella.
( Continuará )
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