miércoles, 9 de abril de 2014

Uno a uno y sin prisas ( 65 )







- Da usted su permiso, mi teniente?
- Pase, Garcia.
El guardia civil informó a su superior de la llamada inminente del comisario Redondo. Este era un veteranísimo capitán de la Policía Nacional que mantenía una vieja amistad con nuestro protagonista.
García le entregó al teniente un sobre que alguien acababa de depositar en el buzón de la comandancia. Daba la impresion de ser muy escaso o nulo su contenido. Tan sólo ponía "Teniente Madero"
- Lo hemos examinado a fondo, mi teniente, pero sólo contiene un papel.
Madero rasgó el sobre y extrajo un folio. Con letras recortadas en periódicos, al estilo de los anónimos típicos, alguien se había armado de paciencia para formar este mensaje: "YA NO HABRá MáS MUERTOS, TENIENTE, LA VENGANZA HA LLEGADO A SU FIN" Le pasó el papel a Jiménez. Este opinó:
- Puede incluso tratarse de la broma de un gracioso.
- Por supuesto, y también puede tratarse del mismísimo hijo de puta que ha producido la masacre de Valdurriales. En tal caso se confirmaría la teoría de la venganza, lo cual hasta podría permitirnos respirar un poco. Ojalá que no sea una broma y no tengamos que lamenter más asesinatos. Los asesinos en serie son como los conejitos de Duracel, Jiménez, no se agotan nunca. - Se volvió a Garcia - Quiero ver la grabación de la cámara que hay en la puerta de la comandancia. A lo mejor averiguamos el aspecto que tiene el "cartero" del asesino o el propio asesino, aunque mucho me temo que no va a ser así.
- A la orden, mi teniente.
Interrumpió Jiménez:
- Los periodistas se van a impacientar.
- Que se jodan, estamos trabajando. Ocúpese usted de ellos, Jiménez. Dígales que se aplaza media hora la rueda de prensa.
Sonó el teléfono "confidencial" ( el que estaba técnicamente protegido de escuchas extrañas )
- Madero al habla.
- Coño, Madero, encantado de oír tu vozarrón, je, je!
- Venancio, qué es de tu vida, golferas?!
- No te confundas, los golfos son los que yo llevo ante el juez. Servidor es un probo ciudadano y un poli nacional ejemplar, ja, ja, ja!
Al capitán Redondo no le faltaba sentido del humor. Le conocía a Madero de los tiempos juveniles en los que este estuvo a punto de ingresar en la Policía Nacional y él en la Guardia Civil. Luego se cambiaron las tornas.
Tras varios minutos de conversación:
- En efecto, lo del infarto nadie lo pone en duda, pero la verdad cruel, al menos para la familia, es que murió en brazos de un travestí en el reservado de un tugurio gay. Te sorprende?
- No, ya le he conocido yo en esa faceta.
- Lo sé y él te la tenía jurada. Lo sé de muy buena tinta. Comentó en sus círculos que tú le faltaste al respeto y que haría todo lo posible por machacarte. Estate al loro porque puede que haya algún hijo de puta que quiera hacer leña del árbol caído.
- Gracias por avisarme, Venancio. Te debo una.
- Para algo están los amigos, cojones!
- Tras despedirse de su viejo colega, se puso a revisar la grabación en donde debía aparecer la imagen de la persona que había echado el anónimo al buzón.
- Mi teniente, ya no sé que decirles a los periodistas, están muy mosqueados.
Los ojillos de Madero trasmirtieron la mirada socarrona de sus momentos más inspirados.
- Dígame, Jiménez, para qué nos sirven los periodistas?

( Continuará )

No hay comentarios:

Publicar un comentario